Monclova
Por Monclova
Publicado el lunes, 12 de diciembre del 2022 a las 04:06
Yo tengo un Sueño’ -Martin Luther King.
Poderosa y trascendental frase que ha pasado a través de generaciones por su impacto social, económico, a nivel histórico y particularmente desbordado de hambre de justicia. Breves palabras que siguen encerrando tanta situación que actualmente desafortunadamente aún se vive.
Esa misma frase nació muy seguramente de igual manera en el corazón del precursor de la historia del Monclova moderno, un hombre con hambre de marcar una diferencia entre lo que encontró y entre lo que logró crear, un ser al cual la historia contemporánea de la Región del Estado de Coahuila al día de hoy no la ha hecho Justicia. Un personaje que tuvo la visión, el coraje y la determinación como para haber instalado lo que hoy se conoce como AHMSA (Altos Hornos de México SA de CV).
Una industria que nació no como un proyecto, sino literalmente como un pequeño hijo que se espera, así fue como este personaje lo concibió y lo describía, un “pequeño” que nació “enfermo” por las dificultades de su “alumbramiento”.
En plena 2a Guerra Mundial, el mundo en crisis, apostar a un plan de esas magnitudes resultaba irrisorio, inverosímil, ausente de lógica financiera, lejos de un futuro que pudiera ser, para muchos conocedores del tema del acero, una burbuja que tarde o temprano explotaría.
Pero alguien no sólo tuvo un sueño, sino que además lo defendió con argumentos, garra y esperanza. Él fue el ingeniero Harold R Pape. Un extranjero que terminó siendo más mexicano que muchos actualmente, pues así como padre no es quien engendra, se puede aplicar lo que Chabela Vargas tan atinadamente expresó en su momento “Los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”.
El Ingeniero Pape en su momento contra viento y marea, contra mil adversidades, inclusive en contra de las recomendaciones de sus propios allegados, instaló la empresa más importante acerera a nivel Latinoamérica en la Región Centro de Coahuila, fueron años de esfuerzo, sacrificio, sudor, fe y trabajo.
Los tiempos actuales no hacen justicia a todo ese esfuerzo, ni siquiera recuerdan apenas la magnitud de todo lo que se trabajó para conseguir lo que en su momento se logró. Monclova se consiguió posicionar como una empresa eje que dio empleo, certeza, seguridad y prosperidad a toda la región, que logró reunir lo mejor de su entorno para fortalecer ese sueño.
Hoy, las disputas entre Gobierno Federal y su hasta hoy dueño actual, Alonso Ancira, semejan que no importa el glorioso y particular origen del Monclova contemporáneo, es evidente que no les es de importancia ni trascendencia.
Se han enfrascado en un duelo de poder, revanchas y venganzas cuyo costo final impacta a toda la región. Ambos argumentan razón, verdad y estar en lo cierto, la realidad es que la situación continúa en declive, en retroceso e impactando en todos los niveles sociales.
Un ‘estira y afloja’
La comunidad se mantiene en medio de un fuego de intereses cruzado, en donde los daños colaterales los termina absorbiendo la propia sociedad.
Hoy no existe un panorama seguro, confiable ni próspero, incluso fue del dominio público que CFE cortó el suministro de la empresa acerera en fecha reciente, ingenuamente el Sindicato pretendió hacer una manifestación en contra de CFE cuando en realidad se cortó el servicio por la falta de un pago que se negó a efectuarse tal cual debió haberse hecho.
Ese estira y afloja de ver quién fastidia más a quién, está ocasionando un vórtice de inseguridad, de falta de inversión, de incertidumbre.
La pandemia por un lado hizo su trabajo, una época sombría que impactó a todo el mundo y Monclova no fue la excepción. Hoy que apenas se empieza a contemplar una luz al final del túnel, la región y AHMSA vuelven a como estaban antes de la epidemia, a la falta de recursos económicos, a la ausencia de pagos a proveedores, a continuar sangrando a la empresa con nepotismo, prácticas desleales, escándalos de robos, demandas, desfalcos y la constante sombra de los temidos reajustes.
Unamos nuestro esfuerzo diario
Hoy en este particular día, en un 12 de diciembre que nació el fundador de AHMSA, en memoria de ese osado y valiente precursor, de ese visionario personaje, en homenaje a su legado y esfuerzo por conseguir transformar para bien nuestra región, es que pido que unamos nuestro esfuerzo diario por conseguir sacar adelante la situación actual, de igual manera, en recuerdo de todos aquellos empleados que literal entregaron su vida laboral en AHMSA y que incluso muchos de ellos no lograron ver en sus manos una liquidación monetaria en respuesta a toda su vida de trabajo, esto a consecuencia de la mencionada falta de pagos. No creo haya sido justo para ninguno de ellos.
Ahora bien, se menciona extraoficialmente la compra de AHMSA, o lo que queda de ella, por parte de Villacero de Monterrey.
Solo esperaría, en caso de ser real, por parte de los nuevos dueños empatía, confianza y oportunidades de desarrollo y empleo, que si bien se ha mencionado un recorte con la plantilla laboral vigente, que sean justos y a tiempo en sus liquidaciones, que si Alonso Ancira de la noche a la mañana, por alguna extraña razón le perdió amor y fe a nuestra tierra y particularmente a su empresa, que deje que alguien más pueda restaurarla, revivirle y darle una segunda oportunidad de vida.
Lo necesitamos todos, ingenuamente hay quien asegura que a ellos no les impacta ni les importa pues no laboran para la empresa acerera, nada más lejano de la realidad, impacta en todos lados, en todos los niveles y en cada empleo.
Seamos empáticos con todo aquello que pueda sumar, construir, con todo aquello que detone respeto, que no nos abandere ningún partido político, que nuestra premisa sea el conseguir mejores oportunidades laborales en proporción a nuestro empeño, que la lealtad, la confianza y la gratitud se complementen con nuestras capacidades, compromisos y conocimientos en cada área donde nos desempeñemos, que aprendamos a honrar a nuestro pasado entregando lo mejor de nosotros en todo lo que hagamos.
Si hay algo que se reconoce y se sabe, es la nobleza y entrega de nuestra gente de la región, cada uno de ellos siempre así lo ha demostrado.
Que si se avecinan tiempos hostiles, de austeridad o pobreza, nuestra fe, nuestra convicción y nuestro coraje sean superior a cualquier adversidad para lograr salir avante, dejemos atrás competencias desleales, apatías y odios añejos, vamos todos en un mismo barco, no podemos ser indiferentes frente a la desgracia ajena o a problemas que aquejen a la comunidad, retiremos de nuestra mente tanta paja que sólo a nublado nuestra visión, que nuestra necesidad por lograr un cambio benéfico sea constante, que nuestro genuino interés sea el de aportar y sumar.
Que Dios sea nuestro guía
El tiempo dirá que sucedió con nuestra región y sus pobladores, si pasamos a la historia como una región donde una vez existió una empresa acerera, tal como sucedió con Fundidora de Monterrey, o si se nos recordará como una región cuyos pobladores supieron sacar de lo más profundo de su pecho, todo el coraje y empeño necesario para haber logrado no sólo su propio bienestar y el de los suyos, sino que además lograron marcar con profunda humildad, la diferencia entre el haber sabido independizarse de sus propios miedos, limitaciones y oscuros escenarios o solo aprendieron a conformarse con lo que una limitada y bien entendida ambición que les dictó fue lo suficiente como para solamente medio haber vivido.
Dios nos conceda las fuerzas, la voluntad y la inteligencia como para poder elegir lo correcto y lograr sembrar confianza, mejores oportunidades y justicia para nuestro futuro, que dicho de sea paso, ese futuro es HOY. Que Dios sea nuestro guía en cada paso dado, y nuestra salud, honorabilidad y trabajo representen las mejores herramientas para saber honrarle siempre.
Yo HOY, tengo un sueño…
Sinceramente Eduardo García
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