Cuando la Iglesia Católica estableció el 1 de noviembre como el día de todos los santos, coincidiendo con la terminación de la cosecha para que no faltaran los víveres y esta fiesta se relaciona con el Halloween, porque esta costumbre celta encontró su aplicación en la noche previa al día de todos los santos, de donde se deriva el nombre o se corrompe: all hallow’s eve. Que significa víspera de todos los santos y de sanhain, que se transformó mas tarde por Halloween.
En la actualidad, los niños se disfrazan y salen al vecindario a pedir dulces, al grito de trick or treat, que significa truco o trato, amenazando a los vecinos que si no les dan golosinas les harán alguna travesura, generalmente muy inocente.
Ahora se practica sin conocer la verdadera fiesta, ni para tratar de sacar los espíritus fuera de la población, en nuestra ciudad, esta celebración se ha popularizado en grande y desde hace una semana, los motivos alusivos ya aparecían en gran cantidad de negociaciones y apenas inician algunas contadas instituciones educativas, predominantemente con calabazas de plástico, recortes de brujitas y fantasmas, aunque no conozcan el verdadero significado del Halloween, y se preparan también en la compra o confección de su disfraz y su recolector de golosinas para acudir de puerta en puerta mencionando el corrompido “triki-triki” en lugar de la frase tradicional de trik o trut, y los pequeños fastidian puerta tras puerta portando el disfraz tipo kleenex, o sea úsese y tírese después, elaborados así para poder comercializar el producto de esta celebración y elevar las ventas.
En 1999, grupos evangélicos se unieron en una campaña en contra de la celebración del Halloween, en aquel entonces repartieron folletos, en donde se explicaba el significado que consideran real de esa celebración, indicando que es un rito tradicional de ocultismo y es durante estas celebraciones cuando se registran el mayor índice de muertes, secuestros y violencia, señalan que la práctica de este ejercicio, al parecer inofensivo, trae riesgos innecesarios en donde se exaltan a brujas, satanismo y ocultismo.
La Secretaría de Educación Pública, prohibió hace algunos años esta celebración en las instituciones educativas, pero en gran cantidad de jardines de niños lucen los emblemas característicos de esa fiesta y en menor número las de educación primaria y en algunas ocasiones, combinadas aberrantemente con la tradición mexicana del Día de los Muertos.
El motivo que argumentó la SEP, fue el acudir en rescate de nuestras tradiciones que increíblemente, entusiasman y encantan a los extranjeros y avergüenzan a la mayor parte de los mexicanos en la frontera.
Según los expertos extranjeros, la celebración del Día de los Muertos es más original y fascinante que el mismo Halloween, opinión que muchos habitantes de nuestra frontera no compartimos y preferimos la llamada noche de brujas con el deformado “triki-triki”, en lugar de la construcción de los altares de muerto y el casi culto de visitar los cementerios el día 1 y 2 de noviembre.
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