Saltillo, Coah.- Para el abogado Raúl Felipe Garza Serna fue injusta la acusación y el estigma que rodeó al general de División José de Jesús Gutiérrez Rebollo, quien falleció en el Hospital Militar de la Ciudad de México, tras complicaciones de salud. “Fue un exceso” así definió Garza Serna la detención en 1997 del general Rebollo.

Académico y actual colaborador de don Eliseo Mendoza Berrueto, en el Congreso de Coahuila, Raúl Felipe Garza agrega: “Yo jamás leí el expediente… pero el hecho de que en su casa encontraran una barrica con tequila, con una tarjeta de agradecimiento con el nombre de quien supuestamente tenía nexo con el cártel de Juárez, no me parece que sea una cosa justificable, pero tampoco un crimen por el que te encarcelen toda la vida”.

En entrevista vía telefónica, el ex subprocurador de Averiguaciones Previas de la PGR dice que convivió durante casi seis meses con el general Gutiérrez Rebollo, porque en 1996 fue invitado directamente por el entonces procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, quien finalmente fue el brazo ejecutor de la detención del llamado “Zar Antidrogas”.

‘PAISANOS’

Garza, actual titular del Instituto de Investigaciones Jurídicas del Legislativo local, recuerda que el 7 de agosto de 1993 se incorporó a la PRG en Jalisco, como delegado, tras la muerte del cardenal Jesús Posadas Ocampo. Allá conoció al general Gutiérrez Rebollo y a su jefe de Inteligencia Militar, el capitán Horacio Montenegro, éste último originario de Parras de la Fuente, Coahuila.

“El capitán Montenegro y yo nos decíamos paisanos y el general nos empezó a decir que ¿Porqué nomás ustedes son paisanos? Y entonces los tres, el general Rebollo, el capitán Montenegro y yo nos empezamos a decir paisanos”, comenta en la charla.

Dice que al general Gutiérrez Rebollo lo conoció varios meses. “Yo siempre he tenido la impresión de una persona honesta, entregada a su trabajo, limpia, comprometida con su vocación, lo mismo que el capitán Montenegro, a quien yo visité en varias ocasiones y al que me tocó ver en una casa de interés social, con un comedor en que las sillas eran cajas de refrescos”.

PERIODISTAS LE AVISARON

Gente honesta ambos, Gutiérrez y Montenegro, de quienes no volví a saber desde 1997, cuando renuncié a la Subprocuraduría de Averiguaciones Previas en la PGR.

Asegura que cada lunes en la oficina de Jorge Madrazo se tenía por costumbre convocar a un desayuno a las 7:00 de la mañana.

En una de esas semanas de febrero de 1997, el general Gutiérrez Rebollo –quien entonces estaba a cargo del Instituto Nacional de Combate a las Drogas –no asistió al desayuno y nos dijeron que estaba hospitalizado luego de sufrir un ataque hipoglucémico.

Eso fue el lunes. A media semana unos periodistas de Guadalajara, recuerda Garza Serna que le hablaron para comentar que al general Gutiérrez lo estaban vinculando con el cártel de Juárez.

“Yo le dije al procurador Madrazo de lo que decían que estaba pasando en Guadalajara, y me dice en su oficina ‘Siéntate, Raúl’. Entonces le dije que no quería saber nada, que mejor no me comentara nada si alguien estaba haciendo eso para afectar la imagen del general… pero el procurador me comentó que en efecto, estaban investigando al general por supuestos vínculos con el narcotráfico”.

CON LA ‘MÁS FEA’…

El abogado Garza Serna detalla que al general le habían encontrado 7 millones de pesos en propiedades, terrenos y bienes, que eran el factor clave en la investigación que le habían iniciado en la PGR.

“Entonces eso motivó que presentara mi renuncia a la Procuraduría, yo renuncié porque a mí me invitaron, yo no pedí el trabajo en la PGR, a mí me habló a mi casa Jorge Madrazo… yo renuncié porque cuando no hay confianza de tus jefes, no vale la pena seguir, en eso te va la vida y en eso te va la libertad… si es el parámetro para considerar que estaba coludido el general, sólo por el hecho de que encontraron una barrica de tequila con un tarjeta de agradecimiento de un personaje ligado con el narco, lo mejor es renunciar”, declara en este intercambio con periódico Zócalo.

“Creo que a mi General”, dice Garza mientras hace una pausa, “le tocó bailar con la más fea”.

Estuvo detenido por acopio de armas, cuando “yo creo que cualquier director de una Policía Municipal en cualquier ciudad tenía más armas en su casa, yo jamás escuché que al general Gutiérrez Rebollo le hubieran encontrado millones de dólares en las Islas Caimán”.

Señala sin pausar: “El día siguiente fue mi renuncia, el día siguiente que me enteré que habían detenido al General Gutiérrez Rebollo. Incluso, tengo entendido que el Capitán Horacio Montenegro también sigue detenido por delitos similares, parece que estaba en Almoloya de Juárez”.

GENTE RECTA

Raúl Felipe Garza Serna insiste en que en el poco tiempo que convivió con el fallecido General Jesús Gutiérrez Rebollo, era una gente recta.

“Yo siempre consideré que fue un hombre honesto, entregado a su trabajo… jamás entendí su encarcelamiento”, comenta mientras sugiere que tiene clara la imagen de rectitud y lealtad que mostró siempre el General Gutiérrez Rebollo.

Garza Serna dice que injustamente estuvo detenido Gutiérrez Rebollo, al menos por el cargo que le imputaron, el encubrimiento del Cártel de Juárez y el Señor de los Cielos. Murió con estigma, con una mala imagen que injustamente le tocó tener.

“Me entristece la muerte de un hombre con el que conviví varios meses en mi paso en la PGR”.