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Ruta Libre
Publicado el lunes, 23 de noviembre del 2015 a las 21:51
Cuando se pensaba que el cultivo había desaparecido, investigadores reconstruyeron el espacio para un insecto con pasado ancestral
Por Rodrigo Flores | Fotografía Diana Rodríguez | Saltillo, Coah.- En 1518, los españoles llegaban a tierras mexicanas, procedentes del viejo continente, maravillándose de la cultura de los pobladores de este país, dando inicio a la conquista de la tierra azteca, y saqueando los tesoros de la misma.
Según la historia los conquistadores, dirigidos por Hernán Cortés, enviaban barcos llenos de riquezas hacia su país de origen. Oro, plata, además de un tesoro muy preciado por ellos, el cual fue olvidado, a tal grado de casi desaparecer del país: la grana cochinilla.
Este insecto, llamado científicamente como Dactylopius Coccus, era utilizado para pintar las vestimentas e inclusive como ritual en las guerras. Tras un proceso de secado, se obtenía un carmín que maravillaba la pupila del más exigente, y ahuyentaba al más valiente por su color similar a la sangre.
La grana cochinilla es un insecto proveniente del cultivo del nopal, de su cuerpo seco se obtiene el ácido carmínico, un colorante utilizado como pigmento en telas, actualmente se utiliza en colorantes artificiales de comida y en cosméticos.
El Renacimiento
Cuando se pensaba que el cultivo había desaparecido, investigadores comenzaron a estudiar para volver a la producción original, por lo que desde hace 13 años se retomó el tema y se comenzaron a construir los invernaderos y nopalotecas para producir a nivel industrial.
Coahuila ha sido el estado considerado para el renacimiento de este cultivo tradicional de nuestro país debido a su clima y a las condiciones del terreno, benéfico para la producción, que cada vez es más demandada por grandes industrias no sólo en México, sino del continente.
Joaquín Ortega, ingeniero de profesión, está a cargo de un proyecto que comenzó hace un par de años en la región. General Cepeda y Arteaga fueron los dos municipios de Coahuila considerados para la instalación de tres viveros para iniciar la producción del nopal.
Los ejidos que participan en este proyecto, subsidiado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) son Loma Bonita y Pilar de Richardson en General Cepeda, y San Antonio de las Alazanas en Arteaga.
Poder del color
Los pueblos indígenas lo usaban para pintar sus túnicas, lo cual marcaba una jerarquía del resto de la población; líderes de las tribus, o religiosos, utilizaban prendas coloreadas con este rojo intenso, que maravilló a los españoles a su llegada.
Los primeros pobladores de México valoraban su vestimenta civil y religiosa, por lo que quien portaba una prenda carmín, o un degradado de este color, tenía cierto poder en la tribu. Inclusive era utilizado para pintar códices, cerámica o para realizar pinturas rupestres, templos o esculturas.
“Históricamente, cuando nos colonizaron los españoles, lo primero que se llevaron de aquí fue la grana cochinilla, antes que el oro y antes que la plata; cuando venían en su camino, de Veracruz, venían caminando al Centro de México, llegan a Oaxaca y ven a los líderes de los indígenas con unos ropajes muy llamativos, les llama la atención y preguntan que de dónde sacan esos colores. “Eso es lo primero que se llevan de México. Se cree que México es el país de origen de la grana cochinilla, de hecho se están peleando Perú y México quién es el país de origen, de dónde es la grana cochinilla”, señaló el experto.
La colonización española trajo consigo un intercambio cultural y comercial, y el carmín llegó a Europa. Los españoles comenzaron a distribuirlo y a comercializarlo a nivel mundial.
Con la exportación, el mercado comenzó a hacerse más extenso. La demanda de la grana cochinilla fue mucho mayor, y el carmín se convirtió en una competencia para los colorantes del Viejo Continente.
Todo el mundo
El color comenzó a teñir las prendas de los reyes y del clero por todo el mundo. Su rojo intenso cautivó al planeta, un producto extraído de tierras mexicanas y que hoy se había “extinguido” por decirlo de alguna forma, ya que sólo se llevaban a cabo producciones caseras.
“Cuando surgen los colores sintéticos, en México prácticamente desaparece la producción de la grana cochinilla, lo siguen produciendo en Oaxaca durante todos estos años, más de 400 años, pero a nivel artesanal. Lo producen en traspatios en baja escala, ahí se mantiene el cultivo”, comentó Joaquín Ortega.
Oaxaca es el estado donde se comenzó a producir este insecto y que hasta la fecha ha conservado esta tradición mexicana, ya que habitantes producen pequeñas cantidades de grana cochinilla para teñir sus telas. La industria alimenticia ha comenzado a demandar más producción, y de ahí ha renacido el interés por volver a cultivar el nopal de donde se extrae este bicho.
El nopal mexicano comenzó a expandirse a nivel mundial gracias al descubrimiento de la grana cochinilla. La planta desértica comenzó a adaptarse a climas secos y áridos en otros países, por lo que los españoles comenzaron a producir la cría en Perú principalmente, país que hoy es el mayor productor y tiene el manejo comercial a nivel mundial.
Baja producción
La producción comenzó su decadencia a finales del siglo 19 debido a la aparición de tintes artificiales descubiertos en Europa, además del trabajo que requiere la cría de este insecto, lo cual no pudo competir con la industria por la producción y los costos.
Para el siglo 20, el carmín procedente de la grana cochinilla dejó de utilizarse, al grado de que casi desapareció del país. Oaxaca, su principal productor, dejó de cultivar el nopal y se concentró sólo en producciones pequeñas.
Las legislaciones a nivel mundial para el desuso de colores artificiales ha despertado el interés en inversionistas para la producción de este colorante natural, por lo que actualmente en México sólo se cumple en una mínima cantidad la demanda industrial.
Actualmente se tienen proyectos en Tlaxcala, Querétaro, Guanajuato, Colima, Nuevo León y Zacatecas. Además de Coahuila, el vivero de General Cepeda es el más avanzado en cuanto a producción, según comentó el encargado de los viveros en el estado, a pesar de que este año se hizo la primera infestación de la planta para la producción de grana cochinilla.
“Estos proyectos apenas están iniciando, su producción es mínima, nosotros necesitamos por lo menos tres ciclos para poderlo llenar al cien por ciento, cuando está al cien por ciento es para estarlo trabajando diario, desde cortar la penca, limpiarla, ponerla en cama, infestarla, cosecharla, y todo eso se maneja diario y estamos manejando en condiciones muy normales”, detalló el especialista.
Crecen invernaderos
A la fecha se han instalado pequeños invernaderos de 250 metros en Loma Bonita y San Antonio de las Alazanas, mientras que el más grande y de mayor producción hasta el momento es el ubicado en Pilar de Richardson, con mil 600 metros cuadrados, tamaño estándar que se maneja a nivel nacional.
Los cambios de clima en México hacen que la producción de la grana cochinilla se dé bajo invernadero, ya que la producción a cielo abierto sería destruida por las altas o bajas temperaturas, así como la lluvia; además de que existen otros depredadores naturales que pueden acabar con la producción, según comentó el experto.
El único país donde se produce a cielo abierto es en Perú, donde existen valles desérticos con temperaturas constantes de entre 20 y 25 grados en todo el año, sin lluvia ni frío, condiciones que no existen en México, por lo que se tiene que echar mano de invernaderos.
“En México solamente se puede producir bajo invernadero, bajo condiciones semicontroladas, por la sencilla razón que tenemos unos depredadores naturales y nuestro enemigo número uno es la grana cochinilla silvestre, son primas hermanas de la grana fina, por eso nosotros tenemos que producirlo bajo condiciones controladas, aparte tenemos otros depredadores como gusanos, las catarinitas, que existen en México que se comen a la cochinilla”, agregó Joaquín Ortega.
Tierra benigna
La producción coahuilense ha dado grandes resultados gracias a la reducción del proceso calculado para 90 o hasta 120 días, y que se ha logrado disminuir hasta 75, lo que representa un ahorro de tiempo y aumenta la producción, la cual se está contemplando actualmente en 60 kilos de producto por semana.
“Hasta ahorita vamos muy bien, los primeros ciclos fueron a 75 días, esto puede decir que podemos tener hasta cuatro ciclos por año, dentro de las limitantes la temperatura, ahora vamos a ver cómo se comporta en invierno, ahorita vamos muy bien, el desarrollo del insecto va muy bien, hay que ver qué pasa con el frío”, mencionó el ingeniero.
A pesar de que se creía que la tierra árida coahuilense sería un impedimento para la buena producción del nopal, el proceso ha ido mejorándose y se han obtenido buenas cosechas pese al corto tiempo que tiene el programa en la región.
Este programa de cultivo ha generado una nueva fuente de empleo en la región, lo cual ha beneficiado a campesinos que anteriormente no tenían un empleo, el cual si bien no ha comenzado a rendir frutos, esperan tener buenas ganancias en un futuro.
Ramón Belmares es el encargado del vivero en el ejido Pilar de Richardson, quien comentó que se creó un comité con las personas que van a trabajar en el proyecto, mismas que han tenido una rotación debido a que no todos creen que funcione.
“Es un comité en Pilar de Richardson. Nosotros ahorita estamos iniciando, tenemos la duda, es mucho trabajo lo que hay que hacer, nos dijeron que era un proyecto a largo plazo, que estamos haciendo esto de puro jornal, no tenemos ingresos, hasta que tengamos al cien por ciento”, dijo.
Según agregó, no todos le han apostado a la producción debido a que es muy poca la ganancia hasta el momento. Sólo producen un 6% del volumen total al que aspiran. Actualmente 14 personas del ejido trabajan en dicho vivero.
“La meta es cosechar 10 kilos diarios, ahorita no vamos ni a la mitad, vamos comenzando como quien dice, no tenemos ingresos de nada, vamos a cosechar esa cantidad y habrá ingresos, es lo que nos han dicho. Estamos batallando con la gente porque unos se desaniman y se van, porque no tenemos un sueldo fijo, estamos haciendo el sacrificio para poder llegar a la meta, que estemos sacando una ‘raya’, para nosotros todavía no”, agregó don Ramón.
Por ahora, los campesinos lograron un contrato con una empresa transnacional, quien les comprará el producto, por lo que toda la grana cochinilla que produzcan ya está vendida prácticamente debido a que a nivel nacional, la empresa sólo cubre un 10% de su demanda actual, por lo que falta más producción, comentó el ingeniero Fabio Cruz Velázquez de la Conaza.
“Ellos están a cambio de un contrato, ya hay un contrato ahorita, ellos le van a vender el producto a la empresa, entonces a cambio de eso ellos les dan una capacitación, un asesoramiento y un seguimiento, ya fueron a un curso a Zacatecas”, comentó.
Aún con las adversidades, el interés por seguir cultivando la grana cochinilla es mayor, por lo que se esperarán al Presupuesto Federal del 2016 para ver si se puede abrir un nuevo vivero o varios en otras partes del estado.
“Son programas federales, estamos viendo el presupuesto del próximo año como venga, para ver qué podemos hacer, es financiado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas”, mencionó Cruz Velázquez.
La grana cochinilla se ha convertido en una mina de oro poco explotada, por lo que los ejidatarios no sólo de Coahuila, sino de otros estados, tienen enfrente una gran oportunidad tanto de revivir un cultivo que parecía extinto, como de obtener grandes ganancias con producciones a bajo costo.
PROCESO:
-El procedimiento comienza con el cultivo del nopal, variedad de Villa Nueva, Zacatecas, ya que no cualquier nopal puede ser utilizado. Este nopal pudo adaptarse a tierras coahuilenses a pesar de la salinidad de la tierra, por lo que fue el indicado para su siembra.
-Se cultiva como cualquier otra planta: el primer brote sale a los 15 días, y a los 20 ya tiene su raíz. Para su cuidado se tiene que abonar y regar. En los cultivos locales, las plantas han alcanzado a producir de 15 a 20 pencas cada una, lo cual es benéfico para el proceso.
-Después de la plantación y que las pencas llegan a su estado ideal, son cortadas y se pasan a un proceso de limpieza, con la finalidad de que no lleve animales silvestres que pongan en riesgo la producción, además de que se limpia de espinas para un mejor manejo.
-Ya limpio se pone “en cama” o en la nopaloteca, proceso en el que se cuelga en posición inversa en tendederos, para comenzar con la infestación, es decir, impregnar las pencas de cochinillas madres.
-Este procedimiento va creando nidos del insecto, logrando una adecuada infestación de hasta 100 cochinillas por cuadro de 10×10. El proceso puede durar hasta 90 días, para después matar al insecto.
-Al llegar a una edad adulta, el bicho se asfixia en bolsas expuestas al sol para después ponerlo a secar, proceso que no debe pasar los cinco días, ya que mientras mayor sea el tiempo, afecta el contenido carmínico.
-El secado es el proceso que da origen a lo que se conoce como “grana”, una especie de arena fina que en realidad es el insecto seco, el cual tiene que ser cribado para limpiar las impurezas que pudo haber adquirido en el proceso.
-Ya listo el producto, es recomendable empacar en bolsas de 10 kilogramos y almacenarlas a temperaturas no mayores de 20 grados en un área ventilada y libre de humedad.
DATOS:
-En Coahuila existen tres invernaderos de producción de grana cochinilla.
-Actualmente se producen de 50 a 60 kilogramos a la semana en el invernadero de mayor tamaño, ubicado en Pilar de Richardson.
-La empresa a la que venden el producto los ejidatarios coahuilenses tiene una demanda de 300 toneladas por año, lo que equivale a 150 invernaderos trabajando; actualmente sólo cuentan con 14 en todo el país.
-El producto se utiliza en alimentos, fármacos, textiles y cosméticos principalmente.
-El costo por kilogramo en el mercado es de 25 dólares a nivel internacional, precio que es muy variable y que es manejado por Perú, quien actualmente pelea el título de origen con México.
-Perú produce el 85% de la producción mundial, por lo que ellos manejan los costos.
-Hay vestigios en los códices de las tribus mexicanas donde se comprobó que utilizaron la grana cochinilla en pinturas rupestres.
-Existen cuevas en el país con vestigios del carmín, producto de la grana cochinilla.
-En las peleas entre las tribus, los guerreros utilizaban el carmín para pintar su cuerpo simulando sangre, algo que impactaba al contrario por la intensidad del color, era una estrategia de guerra.
-También se pueden obtener una diversidad de colores que van desde los amarillos hasta los morados, los cuales son más duraderos a la luz, no se decoloran tan fácilmente con los cambios de temperatura, como los colores artificiales.
-Aproximadamente, de un kilo de grana se obtienen cinco litros de pintura.
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