“Estoy agradecido por lo que este 2024 me ha enseñado y por cada una de las experiencias que he vivido cada día de él. Ahora soy más fuerte, más sabi@ y estoy list@ para dejar entrar todo lo bueno. Perdono el pasado y libero cualquier hubiera o arrepentimiento. Me valoro, sé lo que valgo, me amo, me perdono y agradezco lo vivido durante estos doce meses”.
Fluir es dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que le toca irse. Verónica Fuentes, mi hermana del alma, una maravillosa terapeuta de luz y podcaster de “Vibrando alto”, en su episodio 51 “El arte de soltar” lo explica de forma clara, cómo hemos de soltar para integrar, cómo hemos de mirar nuestros apegos a todo e integrar cada una de las pérdidas que hemos tenido. Sólo podemos avanzar y crecer a medida que estemos decididos a soltar, a desapegarnos, a dejar de aferrarnos a las cosas, las personas, las creencias, todo… Porque al apegarnos a algo nos bloqueamos y estancamos ahí.
Carl Jung decía que era necesario cerrar capítulos de la vida para poder escribir nuevas historias. ¿A qué me aferro? ¿Qué me cuesta soltar de este 2024?
Suelta la idea que tienes acerca de los pensamientos sobre “lo que pasó, te sucedió, te hicieron…” Cómo alguna vez escuché a Vero decirlo y siempre lo recalco, mucho de lo que tenemos que trabajar desde lo emocional, no radica necesariamente en tener que ser sanado, sino en “ser mirado”. Por eso deseo de corazón que hoy te permitas mirar, reconocer, y aceptar eso con lo que has estado luchando. Ha sido un año que nos ha enfrentado a mirar todo lo que hemos querido no mirar, que ha venido a enfrentarnos con nuestros miedos, inseguridades, obscuridades, conflictos. Pero no permitamos quedarnos ahí, sino integremos esa parte y abracémosla cómo parte nuestra, porque eso es.
¿Qué nos deja este 2024? ¿A quién perdimos este año? ¿A quién nos toca soltar? ¿Qué nos toca agradecer? ¿De qué nos hace falta desapegarnos?
Hoy quisiera compartirte una serie de preguntas que te ayudarán a mirarte y a soltar eso que hoy ya no existe. En la medida en la que te enfoques en el presente, podrás vivir y observar la experiencia de tu propia vida.
Deja de poner tu atención en eso que te distrae y mira desde tu corazón los aprendizajes profundos que te ha traído este año. Regálate un rato contigo mismo y con toda la honestidad del mundo. Escribirlas te permite reconocerlas, leerlas permite afirmarlas, y al hacer este ejercicio, nuestro cerebro lo hace consciente.
* En este 2024 sentí coraje, dolor o miedo… cuándo viví o experimenté ________________________________________.
* En mi relación conmigo, o con los demás… me molestó mucho que __________________________________________.
* Me siento culpable por ________________________________________.
* Lamento que yo haya tenido estas expectativas o haya estado esperando que ____________________________(me hicieran tal, me ayudaran con tal, pude haber dado más en esto, que esa persona regrese…).
* En este momento siento que estoy estancado en _____________________________, siento que arrastro esta situación _______________________ (de mi niñez, adolescencia, familia o pareja) y elijo soltarlo porque ya no me pertenece, ya fue en su momento y aunque es parte de mí, elijo no cargarlo más.
* Hoy elijo soltar esto _________________ que me está impidiendo avanzar.
* Deseo perdonar y perdonarme por esto _____________________________ y acepto que es parte de mí. Me libero de todas esas ataduras que me quitan la paz.
(También podemos soltar el año a través de una visualización, imaginando que de nuestro corazón emanamos luz, pensando en todas las personas, trabajo y situaciones que queremos soltar. Repite una y otra vez… Perdono, me perdono, agradezco y continúo).
Agradece tu vida, tus seres queridos, tus dones, la salud o falta de salud, el trabajo o la ausencia de trabajo, la prueba difícil por las que te tocó o toca atravesar, la naturaleza, los medios físicos, emocionales, materiales y espirituales.
Agradece todo lo que te trae alegría o dolor, porque es parte de tu experiencia de vida.
Agradece la presencia de cada persona en tu vida y decide en tu interior desapegarte si ya no son parte de tu presente. Pide ayuda a Dios, la Virgen, los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael e intenta hacerlo también cerrando los ojos, meditando en qué deseas soltar y pensando que deseas enviar amor y cortar con eso.
Cierra este año, aún en las pérdidas, dolor, circunstancias… desde el agradecimiento. Agradeciendo que cada persona, experiencia, circunstancia o prueba que se te presenta o se te ha presentado, tiene un “para qué” y es parte del proyecto de Dios para tu vida. Nada es casualidad, todo viene cargado de propósito para tu evolución. Recuerda que tener una mirada agradecida y un corazón que esté constantemente agradeciendo, nos mantiene con esa mirada siempre abierta a los milagros.
Más sobre esta sección Más en Coahuila