Como lo anticipó #PlazaMayor, antes de cumplirse un mes de administración, Román Alberto Cepeda González hará los primeros cambios en la estructura de su administración.
Este martes, el Congreso del Estado designó como séptimo regidor a Raúl Garza del Valle, recién designado director de Atención Ciudadana, luego de que se descartó por completo la incorporación al Cabildo de Mario Cepeda Ramírez, quien enfrenta un proceso penal.
Cepeda tuvo una semana para presentarse y rendir protesta como regidor, pero no lo hizo.
Garza del Valle deberá renunciar a la dirección administrativa en el ayuntamiento, y sumarse al Cabildo, por lo que Román deberá designar a su relevo. Total, a casi un mes de vigencia, la administración municipal sigue inestable.
Los malquerientes de Román Alberto Cepeda González aseguran que sus cada vez más frecuentes ausencias de la actividad pública, tienen que ver con que su estado de salud no anda bien desde hace meses y cada vez se agrava.
Hay quienes aseguran que sus visitas al médico y hospitalizaciones durante días para someterse a estudios médicos, serán todavía más frecuentes.
Pero otras versiones apuntan a que el alcalde de la perla de la Laguna está con más bríos que nunca y si bien de pronto desaparece, es para reunirse con inversionistas que pronto darán una buena sorpresa a los torreonenses.
Cada quien podrá hacer sus conjeturas, lo cierto es que el gobierno local, va de mal en peor.
Alguien le debería avisar a Fernando Orozco Lara, para más señas, alcalde de Parras, del conflicto vigente entre campesinos y empresarios, por la disputa del agua para riego.
Si bien el problema no es nuevo, pareciera que la administración municipal quisiera pasar desapercibida, como queriendo que el conflicto se resuelva solo, o que alguien llegue a solucionarlo.
Mientras tanto, los encontronazos entre ejidatarios y la empresa suben de tono, con la presencia de hombres armados, incluso con armas largas, que según esto forman parte de, equipo de seguridad de la compañía vitivinícola más antigua de América Latina.
Los que no dejaron ir la última sesión de la Diputación Permanente sin darse un encontronazo fueron los diputados Gerardo Aguado Gómez y Alberto Hurtado Vera.
El panista subió a tribuna para cuestionar la inminente reforma a la Ley del Infonavit y acusar al gobierno federal de pretenderse apoderar del patrimonio de los trabajadores, y el morenista le reviró, al asegurar que las modificaciones permitirán al Instituto construir más de cinco mil viviendas en Coahuila.
De no ser por el escarceo entre Aguado y Hurtado, cuyo pleito crece y tiene tintes de personal, la última sesión del periodo de receso habría sido un bostezo.
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