Los institutos autónomos llevaban meses en un estado que en inglés se conoce como “dead man walking”: caminando al cadalso. Y su muerte es una tragedia.
Es un clavo más en el ataúd de que México pueda subirse a un avión que nos lleve a un mejor destino (relee El Avión de Claudia). Nos tendremos que conformar con crecimientos económicos subóptimos.
La combinación de la reforma per-judicial y la desaparición de los autónomos es un coctel terrible para la inversión porque elimina la certeza que requiere cualquier empresa para apostarle a México.
Y es que el Gobierno como árbitro, por más que se prometan bondades y justicia, no es garantía de certidumbre.
Tomemos, por ejemplo, a la Comisión Reguladora de Energía (CRE). ¿Para qué sirve? ¿Qué pasará cuando muera?
En términos generales, la CRE es (era) el árbitro de 3 sectores importantísimos para la economía: eléctrico, gas (natural y LP) y distribución de combustibles. Fija tarifas (las de la luz, por ejemplo), regula actores y asegura que se cumplan las reglas.
La CRE es clave porque en estos sectores la inversión privada es necesaria para contar con la energía necesaria para que México aproveche, por ejemplo, el nearshoring.
Y para que llegue la inversión privada se requieren árbitros imparciales y reglas claras. ¿No me crees?
Te lo demuestro comparando las cifras de inversión en generación eléctrica en los sexenios de Peña Nieto y AMLO.
Primero recuerda que con EPN las reglas aseguraban que se prendieran primero las generadoras eléctricas más baratas, mientras que con la 4T se abandonó esta política para “defender la soberanía” de la CFE.
Ese es el contexto y estos los resultados (cifras del IMCO):
Con Peña se invirtieron 54 mil 495 millones de dólares en generación eléctrica (la mayoría de la IP). ¿Y con López Obrador? 13 mil 350 millones de dólares. O sea, 76% menos.
La capacidad de eléctrica agregada con Peña fue de 37 mil 544 megawatts. Con AMLO 11 mil 620 MW, 69% menos.
Y que no se me olvide: el 64% de la inversión eléctrica con Peña fue limpia (eólica o solar). Datos matones que aclaran cualquier duda.
Toda esta inversión privada llegó porque existían árbitros que aseguraba que las reglas se cumplieran y no cambiaran. Cuando el regulador es el Gobierno la inversión no llega o llega en cantidades mucho menores.
Ah, y falta contestar una pequeña duda: ¿de dónde saldrán los miles de millones de dólares que el Gobierno tendría que invertir? Es terrible: el Gobierno ni picha, ni cacha, ni dejará batear.
Repasemos ahora a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Hace poco escuché una charla del comisionado Alejandro Faya que presentó otra estadística matona: la Cofece impuso en el año 2022 sanciones por 4 mil 860 millones de pesos.
¿Y sabes cuál es su presupuesto? 616 millones. ¿Y sabes dónde se depositan las sanciones impuestas? En la Tesorería General de la Federación. O sea, desde el punto de vista económico la Cofece más que le conviene al gobierno: en el 2022 recaudó 8 veces su presupuesto.
Matarán a la Cofece por ideología y no por economía… y la cuenta la pagará México. El daño de la desaparición de los institutos autónomos no se limitará sólo a lo económico. Por ejemplo, la muerte del Inai golpeará a la transparencia y rendición de cuentas por parte del Gobierno a la ciudadanía. Ah, y también dejará desprotegidos nuestros datos personales.
Cierro con eso, con la desprotección. Porque precisamente eso es lo que está detrás de la desaparición de los autónomos: el deseo del Gobierno de controlar todo.
De erigirse como el único protector de los destinos de la ciudadanía, que ya no podría opinar o participar.
De arrebatar la posibilidad de invertir libremente con reglas del juego claras para competir con monopolios gubernamentales y de pasadita brindar a los ciudadanos mejores opciones (baratas y limpias).
De organizar libremente elecciones… porque, ojo, no se te olvide, falta la reforma electoral que bien podría incluir un bye-bye al INE.
No lo dudes: el Gobierno árbitro es una pésima noticia para México. Es un candado que limitará crecimiento y desarrollo.
Al tiempo…
Posdata. Dice Monreal que viene una reforma fiscal para que los que más tienen contribuyan a la “política igualitaria” de la 4T. Ojo, porque igualdad sin crecimiento es igual a empobrecimiento.
EN POCAS PALABRAS…
“El crecimiento no se da por casualidad”.
J.C. Penney
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