Opinión
Hace 2 meses
Cuando la gente apoya a los candidatos a alcaldes en sus campañas, no es porque piensen que van a transformar los municipios, porque en realidad ya saben que, en la mayoría de los casos, no sucederá ni en la mínima parte…
Casi todos los que andan en las campañas, es porque quieren trabajo, para ellos o para algún familiar…
Así que con ese pensamiento, se dan tremendas asoleadas y hasta acarrean votos el mero día de la elección…
Pero, también en la mayoría de los casos, los dejan chiflando en la loma, dijera mi abuela…
Y es que cuando ya ganan los candidatos, salen con la gracia, de que no hay para todos, aunque eso lo sabían desde el principio, pero repartieron promesas como volantes de ofertas…
Según ellos para quedar bien, salen con aquello de que vamos a tener con nosotros a los mejores perfiles y en ese entendido, los mejores “huesos” se los llevan quienes no se despeinaron ni un pelo en las campañas…
Mientras Juan Pueblo, se queda con las promesas, qué caray, así es la política y qué se le va a hacer…
¿De qué nos ha servido vestirnos de naranja?…
Se supone que el Día Naranja, es una campaña para concientizar sobre el respeto a las mujeres y disminuir los índices de violencia contra las féminas…
Nos vestimos de naranja, los edificios se iluminan en ese tono y pegan las manos naranjas en paredes y mantas, pero la violencia contra las mujeres no se detiene…
Lo dijo la misma Sandra de Luna, titular de Coprovvi, un organismo de defensa a las féminas, que los feminicidios son cada vez con más brutalidad y más saña y que para variar los albergues están llenos de mujeres maltratadas cuya vida está en riesgo…
Mejor esas campañas deberían ir orientadas a los diputados locales para que endurezcan las leyes para castigar a los agresores y que vigilen que en las dependencias públicas, realmente se defienda a las mujeres…
Porque hay versiones de que en el Centro de Empoderamiento de la Mujer, casi casi se defiende más al agresor, ¿será?…
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