No hay como una buena historia de terror leída en un libro o disfrutada en la pantalla grande, pero…. No como esas películas llenas de sangre, tripas y extremidades volando por los aires, no! de esa clase de historias no, me refiero más bien a una historia de suspenso, de esas que te tienen al borde del asiento, casi sin respirar.
De hecho recuerdo algunos largometrajes del cine mexicano que son ya unos clásicos del suspenso, llegando en algunos momentos al terror mismo, me refiero a la primera versión de: “Hasta el viento tiene miedo” y “El Libro de Piedra”, sé que algunos recordarán muchos ejemplos más, pero considero que estas son magníficas muestras de buen suspenso hecho en México.
En lo personal me inclino por la novela gótica, una de las obras más representativas del mismo, lejos de lo que podríamos imaginar, no tiene el nombre de su personaje principal, pues la obra se intitula “Frankenstein o El moderno Prometeo”, en referencia al apellido del doctor Víctor Frankenstein, quien le da vida al monstruo.
Por su parte, el moderno Prometeo se debe a una analogía con un personaje de la mitología griega, aquel que roba el fuego de los dioses para entregárselo a los humanos; debido a esto, el acto que realiza el doctor al darle vida a un cuerpo inanimado ensamblado con diferentes partes de cadáveres a partir de un choque poderoso de electricidad, se asimila para la autora de esta obra, al acto de un hombre robando el don divino de dar la vida.
Más que referirme a la trama de la obra en sí, comentaré respecto a la autora, a las circunstancias en las que surgió ésta obra icónica de la ciencia ficción que todos conocemos, por películas, caricaturas, cuentos, y demás referencias hechas del monstruo creado por el doctor Víctor Frankenstein.
La autora Mary Wollstonecraft Godwin, mundialmente conocida como Mary Shelly por su apellido de casada, fue hija del filósofo político William Godwin y de la filósofa feminista Mary Wollstonecraft, fue una narradora, dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica, esposa del poeta romántico y filósofo Percy Bysshe Shelley.
En el verano de 1816, los Shelly pasaron sus vacaciones en la villa del poeta George Gordon Byron, situada en el lago de Ginebra Suiza, el cual fue inusualmente crudo a causa de una erupción volcánica que ocasionó un clima extremadamente húmedo, lluvioso y lúgubre; obligando a los invitados de Lord Byron a permanecer al interior de la villa en largas conversaciones sobre viejas leyendas alemanas de fantasmas y galvanismo.
Esto último, refería una teoría que básicamente habla, de que el cerebro de los animales produce electricidad, misma que es transferida por los nervios, y acumulada en los músculos, se dispara para producir movimientos de miembros; inclusive por aquellas épocas, se hacían demostraciones con ranas muertas a las que se les daba choques eléctricos logrando como resultado el movimiento de sus ancas; lo cual era muy impactante de ver para la sociedad de esos tiempos.
Las horas de encierro en un ambiente tan oscuro hizo que en una arranque de audacia Lord Byron instigara a sus invitados a crear sus propias historias de terror, lanzando un reto; se retirarían a sus aposentos y al cabo de un tiempo cada quien regresaría con una historia de su propia autoría para compartirla en plenaria y saber quién de los participantes tendría la idea más aterradora y original.
Ahí en ese verano, al lado del lago de Ginebra Mary Shelly concibió la idea central de la desdichada creación del doctor Frankenstein, imaginó al científico postrado sobre el fantasma inanimado del enorme rompecabezas humano con piel pálida de pergamino, esperando volver a la animación.
Tantas interpretaciones hay sobre la obra literaria que es difícil hablar de todas ellas, lo que sí es una constante es que el monstruo nace naturalmente de buenos sentimientos, que contrario a lo pensado por la cultura popular, éste era inteligente, sensible a la belleza, hablaba y escribía francés, buscaba ser sociable y amado por alguien semejante a él, además de ser vegetariano.
Sin embargo, el choque con el rechazo de las personas y las circunstancias que se le presentaron fueron dando forma al final de la obra, que, para quienes no la han leído dejo a su criterio, con la recomendación de que la lean y no sólo se queden con el recuerdo de las películas que la adaptaron a un guión.
Mary Shelly no ganó en el reto de Lord Byron, pues a pesar de que sabemos de qué trato su cuento, lo cierto es que fue el secretario de Byron el que ganó el prolijo reto, con una narración sobre vampiros; pero, sabemos también que el monstruo en la actualidad forma parte de la trilogía del terror: Drácula, El Hombre Lobo y el no menos importante Frankenstein.
Lo mejor de todo es que, Frankenstein es creación de una mujer que cultivó su mente en una manera tan admirable que la convirtió en una gran y exitosa autora, que logró que su obra se coronara como una de las joyas de la literatura de todos los tiempos.
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