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Coahuila

Francesca Caccini

Por Joel Almaguer

Hace 1 año

El 18 de septiembre de 1587 nació la compositora italiana Francesca Caccini, hija del reconocido compositor Giulio Caccini. Ya desde los 13 años había encantado con su voz y su talento musical en diversos instrumentos a Enrique IV durante las bodas de este con María de Medici. A tan gran nivel su talento que se le rogaba a la familia Caccini quedarse por completo y quedar a sus servicios. Invitación que, por otra parte, hubieron de rechazar por no tener el permiso de la casa florentina a la que servían.

Aún así, Francesca siguió creciendo en conocimientos no solamente musicales sino de diversas ciencias: astrología, aritmética, idiomas, alquimia.

La Cecchina, como se la llamaba de cariño, desarrolló sus capacidades como compositora de diversos estilos. Uno de ellos es la, en aquellos años, recién llamada ópera. Francesca es la primera mujer en componer una ópera, La Liberazione di Ruggiero, en 1625, ópera de un éxito tal que fue representada tiempo después fuera de las fronteras italianas. De hecho, también es la primera ópera italiana en ser representada fuera de su país.

Mujer apreciada por Monteverdi, admirada por toda la corte musical de su época y por los mecenas. No por nada fue la músico mejor pagada de su época, incluso mejor que su propio padre. Dentro de sus composiciones también desarrolló la poesía, pero cabe remarcar que con quien trabajó mucho en conjunto fue con el poeta Michelangelo Buonarroti el Joven, sobrino nieto del conocido por todos artista italiano.

Y aquí me detengo para sugerir el fenomenal e introspectivo corto de Michelangelo Antonioni sobre Michelangelo y su Moisés: Lo Sguardo di Michelangelo. Una maravilla. Pero volviendo a nuestra musa, de Francesca Caccini no se conserva mucho de su música ni su vida.

Sabemos que se casó dos ocasiones y las dos ocasiones enviudó. La segunda vez de un aristócrata italiano que le dejó unas rentas cuantiosas. Luego de este evento desdichado, regresa con sus dos hijos a la casa Medici para seguir su vida como compositora. Después, la niebla nos oculta el resto.

Afortunadamente se conserva la ópera La Liberaciones di Ruggiero y una serie de piezas vocales sacras y seculares donde podemos disfrutar de su encanto.

De una armonía particular para su época, Francesca se enfocaba mucho en esta más que en los efectos disonantes del contrapunto, forma mayormente usada en su siglo. Nada resta sino disfrutar de su obra y de reconocer que la música siempre nos guarda encantos a cada momento.

 

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