Nacional
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Grupo Zócalo
Publicado el domingo, 23 de marzo del 2025 a las 11:27
Ciudad de México.- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Congreso Nacional Indígena (CNI), así como diversas organizaciones y colectivos de México y el mundo expresaron su repudio a la que llamaron una “campaña de desprestigio y criminalización” en contra las madres, padres y familias buscadoras de desaparecidos en el país, por parte de “gobiernos corruptos y grupos delictivos” al unísono.
En una carta firmada por organizaciones nacionales e internacionales, señalan que se trata de una campaña que tiene como objetivo generar condiciones para la represión contra quienes buscan a sus seres queridos, por parte de los “gobiernos o sus narco-paramilitares”.
“ Repudiamos la campaña de desprestigio y criminalización que hacen al unísono gobiernos corruptos y grupos delictivos en contra de las madres, padres y familias buscadoras”, afirman, en alusión a los hallazgos de colectivos de madres buscadoras en el rancho Izaguirre, de Teuchitlán, Jalisco.
“ Aunque le llamen como quieran y pretendan justificarlo criminalizando a las víctimas, es un centro de exterminio al servicio del capital, el mismo que sostienen y protegen quienes dicen gobernar este país”, señalan.
“ Observamos indignados como esta estrategia de desprestigio y criminalización es la similar a la que los militares y el gobierno federal han ensayado en los años anteriores en contra de las madres y padres de los 43 de Ayotzinapa y sus asesores, otra herida viva, otro infierno desatado por este narcoestado”, dice la carta.
Las organizaciones acusan a las autoridades de todos los niveles de gobierno de brincar impunidad y protección a los cárteles criminales, especialmente al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“ Los cárteles criminales y sus grupos armados, de manera notable el Cartel Jalisco Nueva Generación, son protegidos por los gobiernos; como les otorgan impunidad y apoyo a través de las fiscalías, los jueces y los cuerpos de seguridad pública, incluidos los militares”, dice el texto.
“ Y estos cárteles son también los invasores agrarios, son los guardias de la mina, del parque eólico, los que venden el agua de los pueblos, los que ejecutan la obra pública y administran municipios, regiones y estados enteros, los que apuestan a la privatización de la tierra y le ponen precio, los que dividen y confrontan a nuestras comunidades, los que inundan de droga los territorios indígenas, los que roban maderas preciosas, los que administran y operan la trata de seres humanos, los capataces del trabajo esclavo en maquiladoras y agroindustrias, los que hacen de la muerte de niños y jóvenes su estrategia de expansión”, señalan.
Los zapatistas y colectivos firmantes añaden: “La violencia que hoy vivimos para hacer posible todo eso que el gobierno disque de izquierda llama desarrollo, cuatro te o cuatro letras, no la habíamos vivido más que en las sangrientas guerras a las que hemos sobrevivido”.
Responsabilizan al Estado mexicano y a los intereses económicos que lo sostienen “de cualquier daño a las madres, padres y familias buscadoras”.
“ Su lucha es nuestra lucha, porque en ella está la defensa de la vida, la tierra y la autonomía que son raíz de la esperanza colectiva”, apuntan, al tiempo que invitan a los pueblos originarios a seguir levantando la voz. “Porque en cada paso, en cada grito, en cada mano que se une, hay un mundo sagrado que nace, convirtiendo el luto en lucha y construyendo, desde abajo, la verdad y la justicia”.
A continuación la carta íntegra:
CARTA DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, GRUPOS, COLECTIVOS, ORGANIZACIONES, MOVIMIENTOS Y PERSONAS INDIVIDUALES DE MÉXICO Y EL MUNDO, Y EL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL A LAS MADRES, PADRES Y FAMILIAS BUSCADORAS DE JALISCO Y TODO EL PAÍS
A las madres, padres y familias buscadoras de Jalisco y todo México,
A Tod@s l@s que buscan a quienes nos faltan.
Desde el color de la tierra que somos el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, junto a las organizaciones, colectivos e individuos que han decidido suscribir la presente carta, con dolor y rabia hacemos nuestro el luto que inunda los campos y las ciudades ante las más de 124 mil personas desaparecidas; y con respeto nos dirigimos a todas y todos los que de forma incansable buscan entre la muerte a quienes nos esconde el poder criminal que gobierna este país.
Nos dirigimos a quienes no buscan permiso para existir, porque su existencia es resistencia. No piden perdón por buscar, porque en su búsqueda está la verdad que el sistema quiere ocultar, porque nos enfrentamos a un enemigo que no solo quiere nuestras vidas, sino también nuestro futuro.
Repudiamos la campaña de desprestigio y criminalización que hacen al unísono gobiernos corruptos y grupos delictivos en contra de las madres, padres y familias buscadoras; campaña que está dirigida a generar condiciones para la represión por parte de los gobiernos o sus narco-paramilitares, capaces de engendrar crímenes de lesa humanidad como el horror del crematorio clandestino de Teuchitlán, Jalisco, que aunque le llamen como quieran y pretendan justificarlo criminalizando a las víctimas, es un centro de exterminio al servicio del capital, el mismo que sostienen y protegen quienes dicen gobernar este país. Observamos indignados como esta estrategia de desprestigio y criminalización es la similar a la que los militares y el gobierno federal han ensayado en los años anteriores en contra de las madres y padres de los 43 de Ayotzinapa y sus asesores, otra herida viva, otro infierno desatado por este narcoestado.
Los pueblos que somos, vemos como los cárteles criminales y sus grupos armados, de manera notable el Cartel Jalisco Nueva Generación, son protegidos por los gobiernos; como les otorgan impunidad y apoyo a través de las fiscalías, los jueces y los cuerpos de seguridad pública, incluidos los militares. Y estos cárteles son también los invasores agrarios, son los guardias de la mina, del parque eólico, los que venden el agua de los pueblos, los que ejecutan la obra pública y administran municipios, regiones y estados enteros, los que apuestan a la privatización de la tierra y le ponen precio, los que dividen y confrontan a nuestras comunidades, los que inundan de droga los territorios indígenas, los que roban maderas preciosas, los que administran y operan la trata de seres humanos, los capataces del trabajo esclavo en maquiladoras y agroindustrias, los que hacen de la muerte de niños y jóvenes su estrategia de expansión.
La violencia que hoy vivimos para hacer posible todo eso que el gobierno disque de izquierda llama desarrollo, cuatro te o cuatro letras, no la habíamos vivido más que en las sangrientas guerras a las que hemos sobrevivido. Los mercenarios al servicio del capitalismo avanzan imponiendo un mundo gobernado por el dinero y la muerte. Los campos de exterminio, los paramilitares, las fuerzas armadas y las corporaciones policiacas son parte de la misma maquinaria que despoja, asesina y desaparece.
Frente a este infierno y en nombre de los que nos faltan, en nombre de la dignidad y valentía que nos enseñan las y los colectivos de madres, padres y familias buscadoras, levantamos la voz y la memoria, responsabilizando al Estado mexicano, a sus instituciones y a los intereses capitalistas que lo sostienen, de cualquier daño a las madres, padres y familias buscadoras. Su lucha es nuestra lucha, porque en ella está la defensa de la vida, la tierra y la autonomía que son raíz de la esperanza colectiva.
Hermanas y hermanos de las familias buscadoras, de los colectivos incansables de madres y padres:
Nosotros somos pueblos originarios que habitamos la tierra que sangra.
Escuchamos el viento que grita el dolor y honramos el fuego de la vela que con esperanza no se apaga, dibujando los nombres de los que se llevaron.
Porque quienes buscan no son silencio, son semilla.
No son lágrimas, son memoria.
No son derrota, son horizonte.
Porque en cada paso, en cada grito, en cada mano que se une, hay un mundo sagrado que nace, convirtiendo el luto en lucha y construyendo, desde abajo, la verdad y la justicia.
Llamamos a los pueblos originarios, a las comunidades en resistencia y a la sociedad consciente a levantar la voz y la memoria, emitiendo comunicados, haciendo acciones, murales, ceremonias y palabras que exijan justicia. Porque en la memoria de nuestros desaparecidos está la semilla de un mundo nuevo, donde el capital no gobierne, donde la vida valga más que el dinero y donde los pueblos florezcamos libres.
¡Por los que no están, por los que buscan, por los que resisten!
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
¡Por la reconstitución integral de nuestros pueblos!
¡Nunca más un México sin nosotros!
Con información de Aristegui Noticias
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