Monterrey, N.L.- Contemporáneo de Rufino Tamayo y Rodolfo Morales, todos de la célebre Escuela Oaxaqueña de Pintura, el pintor Rodolfo Nieto (1936-1985) destacó por sus obras en las que abundan figuras humanas y animales.

Durante la segunda etapa de su producción artística fue, además, influenciado por el arte prehispánico y popular, que revaloró durante su estancia en Europa y en sus estudios en la …cole de París.

Este cariz en las creaciones de Nieto es abordado en la exposición “Presencias inesperadas”, en las Galerías 1 y 2 del Centro Roberto Garza Sada de la UDEM. La selección pictórica, integrada por 33 piezas procedentes de acervos de particulares locales, dialoga con la Colección Prehispánica Alberto Fernández Ruiloba, de 250 piezas y ubicada en el edificio Estoa de esta universidad.

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Nieto desde muy niño tuvo ese acceso al arte popular, al novohispano y prehispánico”, afirma Elisa Téllez, gerente del Centro de las Artes de la UDEM.

“Cuando regresa de París se acentúa esa necesidad de un acercamiento más profundo a estas culturas”.

Recurrente en el quehacer artístico de Nieto son los perros, por ejemplo, que se asoció con la creencia de que eran estos fieles animales los acompañantes de los muertos al Mictlán.

En la pieza “Tambor”, por ejemplo, se observa a una figura, que se intuye humana, expresándose a través de este instrumento musical que alude a las figuras antropomorfas encontradas en las tumbas de tiro del Occidente de México.

En “Personaje II”, precisa la museógrafa, hay una clara evocación a la alfarería zapoteca y mixteca, en Oaxaca.

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Los críticos afirman que es aquí donde se ve el reconocimiento de la influencia de las culturas prehispánicas, porque cuando él regresa a México de París comenzó también a coleccionar este tipo de piezas”, expresa Téllez.

Pintura, pastel, serigrafía, litografía, grabado, acuarela, gouache y collage fueron las técnicas de Nieto, maestro del color, fallecido el 24 de junio de 1985 en la Ciudad de México.

Nacido el 13 de julio de 1936, Nieto cursó estudios en la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda” al igual que otros exponentes de las artes plásticas del País de la época.

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Nieto no quería que sus pinturas fueran como costras, sino que las personas sintieran alguna emoción al momento de ponerse enfrente de ellas y que no se quedaran con la superficie”, comenta Téllez.

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Quería que vieran detrás de la superficie, rascaran y vieran más allá”.

El creador oaxaqueño elaboraba sus trabajos con mucho color, aunque a veces optaba por el blanco y negro, lo que reflejaba una dualidad innata.