Cd. de México.- El novillero regiomontano Luis Garza se recupera favorablemente de la cornada que sufrió en la Plaza de Toros México, cuando lidiaba de capa a su primer novillo, durante el séptimo festejo de la temporada chica.

La cornada que recibió fue en la región escrotal, afortunadamente el pitón del novillo de Gonzalo Iturbe no lesionó vasos importantes, por lo que se estima tarde un mes en recuperarse, según el parte médico publicado por el doctor Jorge Uribe Camacho.

El percance se produjo cuando Luis llevaba el toro al caballo y se le venció para echarle mano de fea manera, momento en que fue calado en el pene, donde sufrió varios destrozos que le impidieron salir de la enfermería a continuar la lidia.

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Lo que más rabia me da es que no pude mostrarme. No tuve suerte. Ese toro era imposible y me echó mano dos veces con el capote, y en la segunda no me la perdonó. Cuando me llevaban por el callejón iba muy enfadado golpeando las tablas, y al llegar a la enfermería quería salir, pero el doctor me lo impidió cuando vio los destrozos que tenía, y una vez que el maestro Leonardo Benítez, que es mi apoderado, se cercioró de cómo tenía la herida, y me tranquilizó y tuve que resignarme”.

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Traía los testículos de afuera del escroto y el pitón me arrancó parte del pellejo del pene, en carne viva, así que me tuvieron que hacer una reconstrucción y la operación salió muy bien, tuvo una duración de dos horas, y saldré pronto adelante.

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Me había preparado muy bien para esta novillada y la del viernes próximo en Morelia. Había matado un par de toros a puerta cerrada hace unos días, y lo triste es que la gente no pudo verme. Ahora tampoco podré torear la novillada de este viernes en El Palacio del Arte. Pero, bueno, así es esto, y sé que me llegará una nueva oportunidad en la Plaza México”, comentó.

El jefe de los servicios médicos de la Plaza México explicó los alcances de esta cornada sufrida por el novillero regiomontano.

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Cornada en la región escrotal y prepucios en ‘y’ invertida, de aproximadamente ocho centímetros, que no tuvo compromiso vascular o de cuerpos cavernosos del pene. Se realizó una selección de bordes y de tatuaje necrótico, aseo abundante, hemostasia y se hizo circuncisión. Se colocó un apósito estéril tipo jelonet. El pronóstico para la vida y la función es bueno. Las lesiones tardarán en sanar más de 30 días”.

El equipo que atendió a Garza en el Hospital Mocel estuvo conformado por los doctores Alberto Galicia, Arturo Romero, Raúl Aragón, Yanel Rivera, y el propio doctor Uribe.