Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el jueves, 17 de octubre del 2024 a las 03:19
Ciudad de México.- Cuatro luminarias de la literatura latinoamericana contemporánea fueron el plato fuerte del 30 aniversario de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar el pasado martes.
Cecilia Eudave, de Jalisco; Julián Herbert, de Coahuila; Mariana Enríquez, de Argentina, y Pilar Quintana, de Colombia, fueron reunidos para comprobar que una nueva generación ocupa lo que una vez fue llamado el boom con escritores como el propio Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
La relación de los autores invitados a la charla titulada Del Boom al Trash: Nuevas Narrativas Latinoamericanas, con los autores del boom es de amor y lejanía.
Mariana Enriquez, autora argentina de libros como Las cosas que perdimos en el fuego y Un lugar soleado para gente sombría, dijo que de entre todos los autores del boom su ventaja fue haber leído primero a Julio Cortázar en la escuela.
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Son escritores que me gustan mucho, no tengo una relación paternal con ellos, es decir no escribo en contra ni a favor ni en la sombra de pero entiendo que estos escritores pertenecen a otra región, una región marcada por un estado de ánimo que es muy diferente después de los años 80. Tenían una vitalidad diferente, hay en su narrativa una confianza de una Latinoamérica que se proyecta como una región cultural, económica y socialmente que va hacia un futuro mejor”, comentó.
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Lo que ocurre después de las dictaduras y las grandes crisis económicas de los 70 y los 80 es la total desintegración de cualquier tipo de gran narrativa latinoamericana y de lo que podríamos llamar el sueño latinoamericano que venía sobre todo con la Revolución Cubana, entonces quedan nuestros países industrializados, criminalizados, con las secuelas de las dictaduras: la literatura que se hace después inevitablemente va a ser distinta”.
Por su parte Julián Herbert, autor de novelas como Canción de tumba y La casa del dolor ajeno, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, dijo que a los autores del boom hay que leerlos mal, o en desorden para deformarlos.
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En la medida que uno puede deformar su obra, esta se vuelve más interesante y cercana. De ahí esta conexión con el pensamiento político contemporáneo. A mí me parece que justo esa la desinvención de Latinoamérica es parte del proceso que necesitan los autores y esta reticencia que tenemos al mundo político contemporáneo es también una postura política seria”, dijo.
Contrario a los autores del boom, que tenían una postura política entonces alineada a la izquierda hoy los autores, dice Herbert, en medio de lo que le parece una esquizofrenia de amor odio por Andres Manuel López Obrador, no podría estar tan seguro de una postura política.
Pilar Quintana, confesó que su genealogía sí proviene de García Márquez, especialmente de la novela Crónica de una muerte anunciada.
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Pero yo no me siento una escritora latinoamericana porque cuando pienso que el escritor latinoamericano pues eran ellos, especialmente Márquez y Fuentes, escritores que querían escribir a Latinoamerica de manera muy seria, querían escribir la gran novela mexicana o latinoamericana, como escritora yo no soy tan ambiciosa, yo quiero contar una historia intimista, pequeña que pueda contar la emoción que viví en un día en una vida”, dijo.
Cecilia Eudave, narradora ensayista miembro del Sistema Nacional de Investigadores autora de Al final del miedo y El verano de la serpiente, señaló la importancia de la presencia/ausencia de las mujeres en el boom como Elena Garro y Silvina Ocampo.
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Las mujeres estaban haciendo otra cosa, que sienta las bases para lo que estamos haciendo ahora. Fueron las primeras que se desligaron de la novela total y que quisieron hacer novela intimista a su manera desde ese momento y que también empezaron a crear una especie de genealogía, no podemos olvidar todo el trabajo que hicieron y que tampoco les interesaba mucho si las consideraban o no porque estaban más inmersas en hacer un trabajo literario, en construir una ruta, en abrir brecha a muchas cosas que ahora nosotros nos pueden resultar mucho más accesibles pero que en su momento era difícil publicar”.
Para Cecilia tanto a los autores del boom como a los de los cánones actuales hay que entenderlos en su época como humanos con errores e idiosincrasias y no con reniego y hasta juicio de si fueron, por ejemplo, machistas.
El músico y periodista cultural Alfredo Sánchez y Karla Planter, rectora del Centro Universitario de Los Altos de la Universidad de Guadalajara, moderaron la charla este martes en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas y calificaron a la generación de Quintana, Enríquez, Herbert y Eudave como una generación que habla desde lo marginal, lo abyecto, lo desechable. Les llamaron como el trash por hablar de lo precario, lo insólito, lo monstruoso de una sociedad en donde todo sucede fugazmente y donde la única certeza es que no hay certeza.
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