El país cuenta actualmente con seis partidos: PAN, PRI, PVEM, PT, MC y Morena, citados según su registro. Por orden cronológico, el Revolucionario Institucional se fundó primero (1929); y Acción Nacional, 10 años más tarde. El PRD perdió sus derechos y prerrogativas por no obtener, al menos, 3% de la votación válida emitida en las elecciones del 2 de junio pasado.
Antes corrieron la misma suerte: Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas, Encuentro Social, Nueva Alianza y el Socialdemócrata, entre otros.
Los partidos son negocios lucrativos. Para acotarlos se aumentó el porcentaje mínimo de sufragios. El umbral electoral sirve para asignar asientos en los congresos, de acuerdo con las listas de cada organización política.
El más exitoso de todos es Morena. Constituido como asociación civil en 2012, y convertido en partido en 2014, en cuatro años ganó la Presidencia, de la mano de su fundador, Andrés Manuel López Obrador, con la votación más alta entonces registrada (30 millones).
Hoy ocupa de nuevo la Silla del Águila, tiene mayoría calificada en el Congreso y en el Senado, gobierna 24 estados y controla más de dos tercios de las legislaturas locales. La ola morenista subió también a sus partidos aliados, Verde y del Trabajo, y redujo al PAN y al PRI a su mínima expresión.
López Obrador empezó a construir el Movimiento de Regeneración Nacional desde sus inicios en la política y en seis campañas: dos para la Gubernatura de Tabasco; una para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, y tres para la Presidencia de la República.
El contacto directo y permanente del macuspanense con los desprotegidos, su conocimiento del sistema y de la realidad del país, y su tenacidad lo convirtieron en el líder más influyente de México. Claudia Sheinbaum, su heredera, porta ahora la antorcha de la 4T y la banda del poder.
Morena se escindió del PRD para llevar a la izquierda a Palacio Nacional. Cuauhtémoc Cárdenas lo intentó en tres ocasiones, pero el proyecto aún no maduraba. AMLO es el catalizador del cambio.
De haber abandonado la lucha política, las cosas seguirían igual: el país en manos del PRI, el PAN y los poderes fácticos. Otro partido consolidado por el trabajo de su fundador es Movimiento Ciudadano (MC), antes Convergencia. Dante Delgado, expriista como López Obrador, ha mantenido la cohesión de MC, formado nuevos cuadros y liderazgos y atraído a figuras de otras siglas.
El “movimiento naranja” gobierna Nuevo León y Jalisco, estados con el tercer y cuarto PIB más alto del país. En los comicios de junio pasado, su candidato, Jorge Álvarez Máynez, superó en desempeño a Xóchitl Gálvez, del PRI-PAN-PRD.
Uno de los partidos en gestación es el Frente Cívico Nacional (FCN). La solicitud se formalizará el 20 de enero próximo ante el Instituto Nacional Electoral. Xóchitl Gálvez es la figura del FCN.
Los 15.2 millones de votos aportados por la senadora hidalguense a la coalición Fuerza y Corazón por México la animan a continuar en la arena política. Gálvez fue abandonada por las cúpulas del PAN, PRI y PRD en las elecciones presidenciales.
Con esa experiencia, su apuesta es ahora por el partido en ciernes. “Los mexicanos reclaman nuevas opciones, que sean realmente ciudadanas, que no estén coptados por grupos”. Con el FCN en escena, el PRIAN perderían aún más votos. La base de Morena es sólida y expansiva, pero el país necesita equilibrios.
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