Ciudad de México.- La sesión solemne de la entrega de la Medalla Belisario Domínguez estuvo marcada por el desaseo.
Aquejada de males respiratorios, la galardonada, Ninfa María Deándar Martínez, pasó apuros y hubo de requerir oxígeno para permanecer en la antigua sede de Xicoténcatl.
Si, de manera deliberada, la Mesa Directiva del Senado de la República no invitó a la Ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia, al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, de plano se le olvidó invitar al Gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar.
Para seguir con la pauta que dejó el ex Presidente López Obrador, su sucesora, Claudia Sheinbaum, tampoco asistió; y su representante, la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, llegó con media hora de retraso.Desvelado por la discusión del Presupuesto, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, brilló por su ausencia.
“Ofrezco públicamente una disculpa al Gobernador Eduardo Ramírez Aguilar quien, por una omisión mía, hace rato hablé con él y le ofrecí una disculpa: él nos habría acompañado encantado y fue una omisión nuestra”, reconoció Fernández Noroña. El Alcalde de Comitán, Chiapas, Mario Antonio Guillén, sí atestiguó la ceremonia.
Ninfa María Deándar Martínez fue presentada como una periodista defensora implacable de la libertad de expresión y de los derechos humanos.
Originaria de Nuevo Laredo, Tamaulipas, asumió la dirección del periódico El Mañana en 1968, desde donde hubo de enfrentar “amenazas, encarcelamientos y atentados contra su dignidad”.
“¡Estamos como soldados. Mis hijos y yo somos guerreros porque traemos en la sangre, sangre indígena de mi padre, de mi bisabuela”, introdujo la galardonada. “Y si quieren, nos vamos con Andrés Manuel a la chingada…”
El algún momento preguntó por el hijo del ex candidato presidencial, el senador Luis Donaldo Colosio, y éste subió a la Mesa Directiva para tomarse una foto con la galardonada.