“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”. V. Hugo
Camino por la panorámica, desde hace algunos días, encontramos máquinas excavadoras, depredando el cerro de Guanajuato.
Indigna a quienes vivimos en Quinta Manantiales, Portales y Misiones. Representa la ambición inmobiliaria perpetrada entre conflicto de intereses, ya que el dueño fue parte del cabildo que autorizó desde 2016 esa agresión permitida por el Alcalde contra todo el municipio.
De empecinarse la excavación del cerro, ademas de depredar el medio ambiente, desgarrará el tejido social. No intenta solucionar el problema de vivienda. Será otro ejemplo de lucro y especulación como la plaza comercial vacía del mismo propietario, cuya única función es de reserva de capital.
El viernes pasado, un grupo de vecinas nos reunimos con el titular de Desarrollo Urbano, quien con argumentos administrativos, justificó la obra.
¿Y si les decimos que por encima de las normas administrativas está la Constitución y los tratados internacionales que protegen los ecosistemas y la biodiversidad que tipifica el ecocidio como delito?
El cerro es hábitat de muchos animales endémicos como: el lagarto pigmeo, algunos en peligro de extinción como el topo o el halcón peregrino y otros amenazados como el correcaminos. Zorros, tejones, ardillones, zarigüeyas, zopilotes e incontables insectos y una flora de matorral que incluye agaves y cactáceas también en peligro de extinción.
Nuestro cerro de Guanajuato con sus mil 559 metros nos da identidad. En el escudo de armas de la ciudad, aparece en el cuartel superior izquierdo dando entrada al valle de las labores
Juntas. Por tus animales, por tus plantas, por el declive precioso, que dibuja los crepúsculos y por el penacho de rocas enterradas que te coronan, vamos a defenderte. Antes que la avaricia te silencie y te des eternice cubriéndote de costras de concreto.
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