Ya no le crees que va a trabajar y ya no quieres que salga con sus amigos (as) porque cuando estaba con la otra persona son las excusas que utilizaba, te da ansiedad ver que no llega a casa a la hora de siempre o que no te responda el celular.
Le llamas para saber dónde está, pero ya no es suficiente para volver a confiar; necesitas que te mande su ubicación, que haga video llamada y te muestre con quien está. Por más que tu pareja trate de demostrar que está haciendo las cosas bien, siempre te va a quedar la duda, ¿qué tal si está usando un truco para engañarte una vez más?
Para ambos esta situación es una tortura, por su parte se arrepiente todos los días de lo que te hizo, sabe que te puede perder y a sus hijos también. De tu lado es un sufrimiento constante: “¿dónde estará y con quién?”
Además, cada vez que tienes dudas regresas al inicio, hay algo que no te cuadra: un detalle que se te pasó, ¿qué tal si no fue algo pasajero, qué tal si llevaban saliendo más tiempo de lo que te dijo, quizás aún se ven, etc? Así que le reclamas otra vez, acusas a tu esposo (a) de mentiroso (a), es como si estuvieran en un interrogatorio policiaco, el tono de las preguntas aumenta hasta que empieza una discusión fuerte y se dicen palabras hirientes. Para tu pareja ya pasó, ya te juró que no buscará a esa persona nunca más, para ti no es suficiente.
Lo peor es que si le quieres creer, es lo que más quisieras, pero no puedes, una parte de ti ama a tu pareja con todo su ser pero la otra siente que ya no será igual y que lo mejor sería terminar la relación aunque sabes que esto tampoco te hará feliz.
Es muy difícil aceptar que tu pareja te falló, pensabas que todos (as) podían ser infieles menos el (o ella), crees que ya no te ama o que se burló de ti, pero no es así. Después del enamoramiento (200 coitos, tener un hijo en común o 4 años de relación máximo, lo que ocurra primero) la fidelidad es resultado de una construcción, ya no te nace ser fiel, no solo es cuestión de valores, hay aspectos de la relación que se tienen que revisar y alimentarlos para que ni a ti ni a tu pareja les den ganas de besar otros labios.
En la mayoría de los casos se descuidó alguno de estos factores lo que dio lugar a la crisis por la que están pasando, así que es cuestión de encontrar la causa raíz para que no se vuelva a repetir; solo así podrás descansar y volver a confiar en tu ser amado. Una infidelidad no es el fin de la relación, si entre ustedes no hay violencia o adicciones hay muchas herramientas para superar lo que pasó. Cuando una pareja supera esta situación, aumenta la pasión, las demostraciones de afecto, el apoyo, sientes más cerca de ti al amor de tu vida.
Tu cerebro se recupera de una infidelidad después de un año para las mujeres y 4 meses en los hombres, esto no significa “que ya pasó”, pero duele mucho menos. Es algo así como el tiempo que tardas en que soldé un hueso roto, pero ahora sigue la rehabilitación para poder regresar a mover tu brazo o pierna lo más parecido a como lo hacías antes de la fractura (infidelidad). Los invito a revisar su caso en el consultorio. No se desespere siga luchando por su relación pero con conocimiento.
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