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Coahuila

El tren presidencial Olivo –I parte-

Por Otto Schober

Hace 1 año

En el periodo del gobierno del presidente Plutarco Elías Calles, su hermano Arturo se ocupó de la adquisición de cinco nuevos y modernos vagones, que se compraron a la empresa Pullman de Chicago en diez millones de pesos, inventado, diseñado y ejecutado por el ingeniero George Baltimore en los talleres de esa prestigiada empresa, con la tecnología de punta de los años 20. Se exhibió por primera vez en la feria de Nueva York causando gran entusiasmo entre el numeroso público asistente. El color de los carros era verde olivo, motivo por el cual fue bautizado como el Tren Olivo. 

Fue construido especialmente para el presidente Elías Calles. En su mejor época fue considerado el segundo más lujoso del mundo, sólo superado por el convoy papal, según las crónicas de la época. Es una de las piezas de la historia nacional que recorrió todas las vías del país, en todos los puntos cardinales. Mientras transitaban entre el polvo de caminos trazados por vías que atravesaban bucólicos paisajes de un país que se modernizaba, tuvieron lugar importantes reuniones políticas, juntas de gabinete, se elaboraron leyes y decretos, se dictaron órdenes y acuerdos trascendentales para la historia de México. El tren serviría como transporte rápido y confortable en los viajes oficiales del jefe de la nación, acompañado de sus secretarios de estado e invitados. 

Lo usaron rutinariamente, además de Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón Salido, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo R. Rodríguez, Lázaro Cárdenas del Río, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos. La historia del tren olivo inició en 1927, recién llegado a la estación Colonia (hoy Buenavista), Ramiro Coronado, el primer conductor y jefe del convoy, recibió la orden de ir a la estación Ruiz para traer el cadáver de doña Natalia Calles, la esposa del Presidente, procedente de Estados Unidos y trasladarlo a la capital. El tren estaba formado por seis vagones bautizados como República Mexicana y numerados del 1 al 6. Posteriormente el presidente Ruiz Cortines le agregó el séptimo y López Mateos, el octavo. El vagón número 1, era exclusivamente para el presidente y su familia. 

Contaba con observatorio al aire libre y salón mirador decorado con un bello trabajo de ebanistería en las cornisas interiores, con las cabezas del caballero águila labradas en madera, las puertas y ventanas estaban enmarcadas con el escudo nacional en la parte superior, sala de espera, el despacho del mandatario estaba equipado con radio y teléfono, sobre su escritorio una lámpara tintero y otros aditamentos. Mañana continuaremos con esta historia. (Resumido de El Tren Olivo, artículo especial del INHA de Edna Lastra y Tren Presidencial Olivo del Ing. Janil Díaz)

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