‘No me veo en la palabra
Objetivo de caza femenino
Víctima conformada
Prefiero quemar el mapa
desandar el camino
Ver colores en las cenizas
Y reinventar la vida
Y un hombre no me define.’
J. Strassacapa
Claudio X. Gonzalez Guajardo, hijo de Claudio X. González Laporte, gracias al tiempo libre del cual le ha permitido disfrutar la fortuna paterna, ha ejercido de filántropo, como le gusta autodenominarse y detrás de las organizaciones: Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, Despacho de investigación y litigio estratégico, UNETE y Sí Por México, ha emprendido una ofensiva ideológica desde la derecha contra todo lo que representa derechos sociales. Luego de la derrota de su propuesta por unificar a la oposición el pasado 2 de junio ahora dirige su cruzada en en defensa del poder judicial.
En su cuenta de la plataforma X, el señorito X se atrevió a calificar de inepta e insensata a la presidenta Claudia Sheinbaum y cuando esta lo describió como un junior tóxico, acusó, (como buen miembro del patriarcado) a la Presidenta de no tener independencia en las decisiones políticas que ha tomado y la calificó como dependiente política.
Y es que esa es la constante en una tradición que nos demerita cuando las mujeres llevan a cabo cualquier actividad profesional, de creación intelectual, o artística, y ahora que apenas nos están llegando las tareas de representación y de gobierno, les es imposible concebir desde el privilegio reforzado en colegios fundamentalistas y en la herencia familiar que una mujer sea capaz de definirse a sí misma.
Nos aceptamos y nos definimos nosotras mismas, lo hemos hecho a través de un camino y de reinventar una y otra vez nuestras vidas por encima de las expectativas que nos impone la tradición para oprimirnos.
La identidad de una mujer, en este caso, nuestra primera mujer Presidenta rompe un techo de cristal cuyos fragmentos caen encima de la visión de los señoritos.
Dichas por una mujer, las palabras de la mañanera del pueblo les muerden las prebendas heredadas y gimen y chillan con furia y traen al camino que vamos transformando, su odios disfrazados de defensores de la democracia.
Esos que volverán a caer de bruces ante nuestro pueblo, que es mucho pueblo.
Más sobre esta sección Más en Coahuila