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Coahuila

El problema de los precios

Por Columnista Invitado

Hace 9 horas

Por: Antonio Serrano Camarena

 

 

Se reportó hace algunos días que la inflación en México había bajado a 4.21% al cierre de 2024. Lo anterior fue una tremenda sorpresa para propios y extraños que no entendieron cómo puede ser posible ese resultado cuando los precios en general han mantenido una tendencia al alza. La razón es simple, todo se debe al mecanismo de medición y en consecuencia, hay que entender cómo se mide la inflación en nuestro país.

El Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), encargado de medir la inflación es, para empezar, un promedio de los precios de una canasta de consumo mínimo de 176 productos y servicios genéricos, que fueron definidos por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, a partir de canastas alimentarias y no alimentarias de los ámbitos urbano y rural, que se han venido utilizando para la medición de la pobreza en nuestro país.

Para empezar, al ser la medición de la inflación un promedio de productos y lugares de donde se toman las referencias de esos 176 productos y servicios, los aumentos no coinciden con la realidad cotidiana. Hay que comprender que los precios de los alimentos son más baratos del centro de la república hacia el sur porque allí se producen en su gran mayoría. El norte del país tiene que pagar por transporte, empaque y almacenamiento, como en el caso de nuestro estado.

En segundo lugar, hay que considerar que estos productos que se toman como referencia son “genéricos”, no tienen marca alguna o son productos a granel, por lo que el costo del empaque no está incluido. Los productos que compramos en las ciudades vienen en empaques predeterminados, lo cual aumenta el precio. Además, hay marcas que por su preferencia tienen precios más altos, lo que en proporción hace que sus aumentos se perciban como mayores.

Por ello, es importante mencionar que no es lo mismo comprar en centrales de abasto, que en supermercados, pues en estos últimos los precios son más altos y en el caso de las primeras, muy poca gente compra allí, ya sea por su localización o por asuntos de inseguridad. Si a eso le agregamos que los precios tienen una mayor tendencia a subir donde los precios son más altos, como en el caso de nuestra ciudad, hay una mayor discrepancia entre el indicador de inflación nacional y los precios locales.

La diferencia entre la inflación oficial del INPC y la realidad cotidiana no tiene que ver con manipulaciones de los datos ni con ninguna teoría gubernamental de conspiración. Simplemente los precios son una variable económica tan sensible que el lugar de compra, si tiene empaque o no, la distancia de la zona de producción al lugar de venta, la cantidad de producto, si se compra en una zona rural o en una ciudad, determinarán cuánto se paga y hasta cómo se paga, pues hay lugares donde el mismo producto tiene crédito y en otros no. ¿Se pueden conseguir los mismos precios que se toman en cuenta para la elaboración del índice? La respuesta es sí, pero tendrá que gastar mucho en transporte para ir a los diferentes lugares donde están los mejores precios, y no están en Saltillo, desde luego.

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