A principios del siglo 20, cuando México actuaba para ser una nación prospera y avanzada, el gobierno existente se había distinguido por solucionar problemas, la comunicación por vía telegráfica, traslado de personas y mercancías, y hasta algunas obras de infraestructura se habían realizado. Con la lucha revolucionaria, después del derrocamiento de Madero, se detuvo la marcha de la nación. Hasta la década de los 30, se inició un ambicioso y exitoso programa hidráulico que elevó a los cielos las zonas agrícolas de la costa del pacífico, construcción de presas en la sierra, desvió de torrentes, hasta llegar a presas en las zonas agrícolas. Desde inicios de la Revolución, más como una receta exótica, se impulsó el sindicalismo, algo que llegó a ser una fuente de poder político, por ejemplo, cuando Carranza intentaba establecer un Maximato, Álvaro Obregón, que tenía más popularidad, por su papel de guerrero en la lucha, y su manejo sindical, efectuó un golpe de estado al presidente Carranza, usando al sindicato ferroviario,
Las compañías petroleras extraían el crudo mexicano con la bendición del gobierno nuestro, dos presidentes que intentaron poner freno a esa situación, fueron uno derrocado y el otro asesinado (Huerta hizo la primera propuesta de expropiación petrolera, y Obregón intentaba lo mismo).
Las petroleras tenían tanto poder, que tenían sus propias policías y prisiones para sus asuntos, al haber presiones de los sindicatos para negociar sus salarios, las empresas se montaron en la actitud de negarse a toda propuesta, oficialmente, gobierno exigió la obediencia a las leyes mexicanas, o, expropiarlas. (muchos conocedores, describen todo esto, como una opereta que tenía la intención de cambiar la estructura de la industria del petróleo mexicano, por la cercanía de la guerra, pues la mayor parte del mercado, era de propiedad holandesa e inglesa).
Habiendo sido el propósito, exclusivamente, el de dar solidez a los sindicatos, hizo que el petróleo fuera la esencia del partido mayoritario, porque sus sectores eran los sindicatos, pero puso en segundo plano, el fin de la empresa.
Las leyes consecuencia de la expropiación, afectaron para siempre, entre otras, a la industria química, se estableció que cualquier persona o empresa, que requirieran de productos químicos, deberían comprar en primera opción a Pemex, afectando el esquema de costos y calidad de muchas industrias, también, estaba prohibida cualquier reacción química industrial que no fuera autorizada por Pemex o sus subsidiarias.
Pemex era un gigante de abundancia que permitía el saqueo sin límite de los involucrados, y tenía escasas exigencias de calidad.
La petrolera vivió una calma mediana, ante las exigencias de gobierno y la nación, hasta que entró México a un delirio populista, que inició en el 69, por un lado, las obras de infraestructura fueron minimizadas, la solución de problemas dejaba de ser prioritaria, y los sectores productivos iban perdiendo apoyo real, por ejemplo, en la agricultura y comunicaciones, en cada sexenio se construían presas y carreteras que tenían el propósito de solucionar problemas, en general, se cambió todo a mayores gastos en publicidad y distribución de dádivas. Algo que también se disparó, fue el número de comentaristas políticos, muchos de ellos con poca preparación, que recibían cantidades regulares para pasar su tiempo elogiando al patrocinador.
Después de tres desastres económicos del 70 al 88, Pemex aún aportaba fondos para derroches y saqueos, aunque al menos hubo intentos de solucionar uno de los problemas principales: poder refinar gasolina en un proceso rentable, por un lado, la mayor parte del petróleo que produce Pemex es poco apto para refinación de combustibles, es mayormente petróleo pesado con un pobre porcentaje de nafta. Lo que se hizo fue, hacer un convenio con Shell Petroleum, para establecer una refinería en el área de Houston Tx, con crudo proveído por Shell, transportarlo a Tamaulipas, donde sería descargado en tuberías para enviarlo a la Refinería en Nuevo León, desde esa época, se disparó el negocio de extraer el combustible de las tuberías, y venderlo en el mercado negro, al ver el problema, se intentó traer la gasolina sin terminar, para que fuera terminada en instalaciones de Pemex, pero, la mafia interna, terminó con el intento.
En el 2011, los combustibles pagaban un impuesto moderado, llamado IEPS, hubo varios años en el que el crudo se vendía más caro de lo que se había estimado, los gobiernos estatales recaudaban ese impuesto, para entregarlo al SAT, se les otorgó el IPS a los estados, como ayuda,
Al iniciar el régimen actual, se aumentó el porcentaje del IEPS, pues es una de las pocas formas efectivas que tiene gobierno para recabar impuestos, y se disparó el huachicoleo, muchos de los actuales funcionarios fueron amamantados con la corrupción de Pemex
Es claro que Pemex no nació, ni vive para solucionar problemas y ahora, es el mayor problema económico de México.
Por eso, a pesar del boato de la paridad del peso, artificialmente manejada con los cetes, la gasolina es mucho más cara y no cambiará per sécula seculorum
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