Para Ripley: en una sesión que duró 5 minutos y 40 segundos, celebrada a las 05:45 de la mañana del miércoles, el Congreso del Estado de Oaxaca votó a favor y de manera unánime (41 diputados) la reforma constitucional al Poder Judicial que apenas dos horas antes había sido aprobada en la Cámara de Senadores entre protestas, traiciones, portazo, toma de instalaciones y presiones.

Al ser la primera Legislatura estatal de 17 necesarias para cumplir el requisito constitucional, cumplió así dos sueños de Morena-4T en un mismo acto: eliminar la pluralidad y el federalismo de la República (a su interés y conveniencia, naturalmente) y convertirse en el partido-régimen hegemónico de la vida nacional; como en 1974.

Cincuenta años retrocedimos el reloj la madrugada del 11 de septiembre y las horas posteriores confirman el atraso.

En la sureña entidad, para dimensionar, participaron todos los 41 diputados locales que representan a ocho diferentes partidos políticos (Morena (23), Partido Verde (4), PRI (3), PRD (3), PT (1), PAN (1), Nueva Alianza (1) y Partido Unidad Popular (1) y cuatro más sin grupo parlamentario).

No hubo siquiera intervenciones; nadie tuvo nada qué decir al respecto. Sin lecturas ni revisiones ni análisis avalaron un tema trascendental por unanimidad.

Querían hacerse notar como los primeros y lo consiguieron.

Así haya sido para ejemplificar la muerte del pluralismo y el Federalismo de la República. La otrora Oaxaca de Juárez y Porfirio Díaz, Vasconcelos o Flores Magón, entre otros próceres de la patria, hoy es un territorio asolado por las dádivas de Bienestar.

Además en el trascurso del día sesionaron otros 15 congresos locales vía fast track. Sólo Querétaro se opuso a la sinrazón y 14 ni las manos metieron (Tabasco fue el segundo en aprobarla, Veracruz el tercero, además de Tamaulipas, Quintana Roo, Baja California, Baja California Sur, Yucatán, Nayarit, Colima, Morelos, Durango, Puebla, Campeche y Sinaloa).

Hubo manifestaciones públicas, además de las ya conocidas en Ciudad de México, en Puebla, Colima, Yucatán y Baja California.

Ahora bien, a diferencia de otros estados que inclusive adelantaron sesiones extraordinarias a la madrugada del mismo miércoles, como es el caso de Oaxaca, el más presto a convalidar la reforma per-judicial, Coahuila mantiene al día de hoy su dinámica propia, como entidad autónoma.

La próxima sesión del Congreso fue programada para el próximo martes, de acuerdo con su calendario publicado. Si no hay cambio de pichada, será entonces cuando deliberen la minuta con proyecto de decreto recibida ayer. La suya será para entonces una decisión simbólica, pues el resultado en realidad no influirá en la correlación de fuerzas políticas al tener Morena mayoría en 23 legislaturas estatales (y por consecuencia no necesitarle obligadamente para consumar el golpe al Poder Judicial, pues ya sólo le faltan dos al momento de redactar estas líneas).

Para el Estado no existe una obligación de sesionar de manera urgente dentro de las primeras horas a partir de la aprobación del dictamen en el Congreso de la Unión. Aún así la prisa ha sido el denominador común en el país pues la estrategia es obtener y completar la legitimidad antes del viernes.

 

Cortita y al pie

Y aquí es donde viene lo interesante pese al simbolismo, ya que Coahuila podría ser complaciente con los deseos de la próxima Presidenta de la República, y el “regalo” sea entonces dirigido a ella (suponiendo que tiene algún interés particular en el caso), no al autócrata que deja la banda presidencial el 30 de septiembre.

Aunque sería por lo menos curioso que una Legislatura de mayoría priista, con cinco aliados del PAN y dos más del extinto PRD, votase a favor cuando el PRI precisamente fue el único partido que no sucumbió en la Cámara de Senadores (a diferencia del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano que con tretas traicionaron a la oposición que decían representar) respecto del mismo asunto.

 

 

La última y nos vamos

Qué prefiere usted: ¿el Coahuila romántico-histórico que sigue la tradición del constitucionalista Carranza, del antireeleccionista Madero y del federalista Ramos Arizpe, y por tanto rechaza la regresión autoritaria, o el Coahuila pragmático que se acomoda en una coyuntura para quedar bien con el centralismo y eventualmente obtener algo a cambio plegándose a la nueva realidad?