Ciudad de México.- Y si el diablo quiere vengarse, ¿qué otra opción tenemos?

La pregunta dio vueltas continuas en los pensamientos del director Joshua Miller y su pareja M.A. Fortin cuando escribieron el libreto de Exorcismo, la nueva película de Russell Crowe sobre posesiones infernales y que absolutamente nada tiene que ver con El exorcista del Papa (2023), su pasado filme de la misma temática paranormal.

En su nueva incursión a terrenos demoniacos, la estrella de Gladiador interpreta a Anthony Miller, un actor que sufre de una visible transformación durante el rodaje de una película de terror, desconociendo si se trata de una recaída en las adicciones u obra de alguno de los sirvientes del mismísimo Satanás. Por cierto, la película se estrena mañana en salas comerciales de todo México.

¿Cómo nació la idea de filmar un largometraje dentro de otro?

Con el padre de Joshua, el mismísimo Jason Miller, quien encarnó al padre Damien Karras en El Exorcista (1973).

“Si eso no fue suficiente, él siempre contó a Josh historias sobre la maldición de la película: los incendios misteriosos que plagaron la producción, extrañas muertes, lesiones de por vida y la larga lista que sigue vigente.

“Además, en uno de los especiales sobre el rodaje de El exorcista, su padre cuenta que un sacerdote lo detuvo en la calle para susurrarle la frase: ‘Cuando nos atrevemos a desenmascarar al diablo, éste cobra venganza’. Ese momento lo persiguió el resto de sus días”, expresó Fortin, escritor de Exorcismo, en notas proporcionadas por la distribuidora en el país.

Actualmente, Joshua tiene 49 años y le tomó muchísimo tiempo tomar las riendas de un filme de este corte, pese a que, de joven, actuó en Halloween III: The Season Witch (1982). Apenas en 2019 la pareja abiertamente queer culminó su libreto y se dio cuenta de que las maldiciones que su padre narraba empezaban a desaparecer.

“Más bien, se desató otro tipo de maldad en la vida diaria, aparentemente dando permiso a muchas personas para sacarlo peor de sí mismas . Los cambios que vimos fueron tan extremos que bromeamos diciendo que estaban poseídos. La rabia era contagiosa y ninguno era inmune”, dijo el realizador.

Y se refirió a toda la ola de homofobia, racismo, intolerancia y machismo que saltó a nivel mundial, por ejemplo, durante los cuatro años que el republicano Donald Trump fue presidente de Estados Unidos, además de la incapacidad de una particular institución para condenar esos actos de odio.

“Como pareja de la comunidad LGBTIQ+, ver a ciertos segmentos de la fe cristiana atacarnos a nosotros y las mujeres fue especialmente perturbador, aunque no nos sorprende. Reconocemos que la iglesia es una fuente de alegría y consuelo, pero también han demostrado ser un instrumento de abuso y vergüenza… como Hollywood. Así nació la película”, comentó.

Al darle la vuelta a la temática, también tenían que reformular el concepto de la posesión y el ambiente en el que siempre hay un hombre que rescata a la mujer de fuerzas de las que no se puede defender. Así que Anthony (Crowe) es el poseído para enviar el mensaje a la audiencia de que ningún grupo posee bondad y decencia por encima del otro.

“Todos estamos indefensos ante la oscuridad, vulnerables a perpetuarla, si no enfrentamos nuestros demonios. El diablo puede vengarse, pero ¿qué otra opción tenemos”, reflexionaron.

El propio Russell Crowe encontró inspirador el interpretar un actor tratando de reconectar su relación padre e hija con Lee (Ryan Simpkins), al mismo tiempo que busca salir de la larga racha alcohólica en la que cayó.

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Como actor, interpretar a un hombre que ha ternido estas experiencias de vida, que carga con estas cosas, fue complicado. Fue una idea desafiante que captó mi interés. Quiere tomar esa posición de padre, pero se da cuenta que tiene trabajo por hacer para reconstruir la relación con su hija. Sin embargo, ella se opone. Es una situación difícil para ambos”, compartió Crowe.

Exorcismo juega dentro de un género que ha sido sobreexplotado desde 1973, incluso esta misma semana compartirá cartelera con De noche con el diablo, en la que fuerzas diabólicas se apoderan de los anfitriones e invitados de un célebre programa nocturno.

“Como actor, interpretar a un hombre que ha ternido estas experiencias de vida, que carga con estas cosas, fue complicado. Fue una idea desafiante que captó mi interés. Quiere tomar esa posición de padre, pero se da cuenta que tiene trabajo por hacer para reconstruir la relación con su hija. Sin embargo, ella se opone. Es una situación difícil para ambos”, compartió Crowe.

Sin embargo, Fortin cree que ellos se separan del molde porque “también estamos exponiendo el infierno que es hacer algo en Hollywood”, bromeó.

CURIOSIDADES

El filme ficticio en el que el personaje de Russell Crowe trabaja durante su posesión es el remake de El exorcista (1973).

Inicialmente, la película se iba a llamar El proyecto Georgetown, debido a que El exorcista ocurre en la ciudad del mismo nombre en Washington DC.

La manifestación infernal en el filme es un demonio asociado con el sacrificio infantil.

Kevin Williamson habló con Joshua de una secuela para The Final Girls (2015), pero nació Exorcismo.