Saltillo
Por Maru Valencia
Publicado el domingo, 26 de enero del 2025 a las 09:59
Saltillo, Coah.- “Sr. Presidente municipal: están poniendo piedras sobre la vía entre Buenavista y La Encantada. En las últimas 24 horas dos de nuestras máquinas han tropezado con piedras sobre las vías, que seguramente las pusieron con la intención de descarrilar nuestros trenes, poniendo en peligro la vida de las personas. Porque el tren les mató sus animales y las vías les dividieron sus terrenos. Le suplico aprehender a los malhechores que tanto daño han hecho”, Alfredo Rodríguez. Superintendente del Ferrocarril Nacional Mexicano de la División de San Luis Potosí a Saltillo. 16 de febrero de 1894.
Como sucede con la modernidad, el tren había traído prosperidad, pero también algunas desgracias: los pequeños comerciantes que aprovechaban las ferias de la región se vieron opacados por las mercancías traídas en grandes cantidades procedentes de otros países. Por otro lado, el desarrollo educativo creció acorde al progreso de la ciudad: se creó la Escuela Normal en 1889 y la Escuela de Artes y Oficios en 1896, además de que el Ateneo Fuente, fundado en 1867, ya tenía renombre nacional.
Ya entrados en el siglo 20, Ferrocarriles Nacionales de México, el Internacional Mexicano, el Coahuila y Zacatecas, El Regiomontano y los ferrocarriles urbanos cruzaban la ciudad y gran parte del estado.
Era increíble la velocidad del tren, explica Ernesto Terry, historiador y encargado de la Hemeroteca del Archivo Municipal de Saltillo. En caballo o en carreta se hacían tres días de camino de aquí a Monterrey, con la locomotora uno llegaba en 7 horas. “En los años 70 y 80 me tocó viajar en el tren de Piedras Negras a Saltillo, y sí salía casi un tercio del costo del autobús por llegar; hacía 2 o 3 horas más de tiempo, pero era mucho más cómodo. Podías caminar por los pasillos más amplios, los asientos eran más cómodos, aún en el tren de segunda”, relata. “Cuando se implementa El Coahuilense, que le decía uno de primera, le daban a uno hasta de desayunar. Al salir de aquí de la estación de Emilio Carranza, y al llegar a Sabinas, nos volvían a dar de comer: un canapé, un refresco, ya incluido en el pasaje, que costaba unos 45 pesos”.
Terry recuerda que salían a las 8 de la mañana y llegaban a las 6 de la tarde porque hacían paradas en Paredón, en Espinazo, y en cada tramo donde les hicieran la parada a media vía para cargar bultos, carbón y animales. “Se acabaron todas esas pequeñas poblaciones que subsistían de vender productos, quesos, panes. Recuerdo que a Espinazo mucha gente llegaba por el Niño Fidencio, llegaban miles de devotos y ahí se vaciaba el tren”. El mismo edificio que hoy ocupa el Archivo Histórico sería una estación que uniría los puertos del Pacífico con los del Golfo, un proyecto ambicioso del presidente Venustiano Carranza. Sin embargo, fue asesinado antes de ser concluido y nunca funcionó como estación.
A pesar de ser el medio de transporte más utilizado, había ocasiones en que los vagones viajaban casi vacíos mientras las personas se quedaban en la estación sin poder comprar boletos. ¿La razón? La corrupción.
“ Había mucha corrupción, por ejemplo, para comprar boletos uno tenía que darle dinero al boletero, de lo contrario, decía que no había, y esos fueron testimonios de gente que viajaba como estudiante, les decían: no hay lugar, no hay lugar, y pues ya cuando uno daba una compensación se encontraba con que a veces los vagones iban vacíos”, afirma Carlos Recio.
“ Había corrupción en todos los niveles, de hecho por eso quebró Ferrocarriles Nacionales, desde el más abajo hasta los más altos, realmente la corrupción acabó con este gran negocio, un servicio público muy importante”.
Pero nadie puede detener al capitalismo, y la modernidad avanza sin detenerse a ver las consecuencias de su llegada.
A 30 años de la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México, la presidenta Claudia Sheinbaum plantea la posibilidad de reactivar este nostálgico medio de transporte, pero ahora convertido en un tren rápido que alcance los 160 km/hr, como en países asiáticos y europeos.
Pero, ¿podremos soñar con volver a viajar en tren?
Ernesto Terry lo considera posible, y viable. z “Por la carretera 57 son miles de tráileres los que transitan, si puedes quitar toda esa cantidad de tráileres y transportar en tren, agilizas el tráfico, además la carga se asegura, hay menos accidentes de ferrocarril que de autobús; además, un tren para clase baja o clase media sería ideal, todos tenemos necesidad de viajar”, expresa.
“ Yo volvería a viajar en tren, me gustaría”.
Y Carlos Recio coincide.
“ Que se reactivara en Saltillo y en México sería un gran logro, porque las vías férreas existen, claro, requieren mucho mantenimiento pero es mucho menos contaminante, hay menos polución con este medio de transporte, y es más seguro que viajar en carretera”, detalla.
Sí, es muy viable, si hay la intención del Gobierno federal o de los gobiernos estatales de reactivarla sería una excelente noticia, una acción muy positiva para todos los que usamos carro por obligación, o que queremos viajar cómodamente sin tener que tomar un avión, que es caro, o un autobús”.
Aunque claro, se tendría que erradicar la corrupción, y quizá eso sea lo más difícil.
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