En enero de este año, cuando lo nombraron candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), casi nadie sabía quién era Jorge Álvarez Máynez. Desde entonces, una canción que repite muchas veces su nombre, lo ha puesto en el mapa electoral. “Presidente Máynez” es un jingle típico, pegajoso, sin ninguna cualidad artística, pero con la efectividad del hit: se recuerda, se repite y se baila. Ahora, las redes sociales se han inundado con una coreografía simple, que se oye en discotecas, fiestas y videos de TikTok. Esta estrategia apuesta por la mercadotecnia digital para atraer el voto joven, que no ha recibido mucha atención de las otras candidatas, importante en un país en el que 15 millones votarán por primera vez.

Esta semana algunas encuestadoras dan a Álvarez Máynez un 10% de la intención del voto. En Nuevo León, El Norte le pronosticó 23%, sólo dos puntos abajo (en ese estado) de Xóchitl Gálvez. Parametría publicó que Máynez fue quien logró que más gente cambiara de opinión hacia él, favorablemente, después del segundo debate electoral.

Álvarez Máynez me dijo que su campaña “es un fenómeno” que no se explica sólo por el jingle viral. Como parte de la “nueva política” de MC, asegura que viajó por el país para grabar spots en todos los estados, en los que se refiere a asuntos locales. No es una estrategia novedosa, pues es similar a la que siguió en su momento Enrique Peña Nieto. En aquella campaña, Paloma Franco trabajaba en la estrategia de redes. Ahora es la coordinadora de comunicación de la campaña presidencial de MC.

El año pasado, las encuestadoras valoraron qué pasaría si el candidato de MC fuera Marcelo Ebrard. “Llegamos a medir a Marcelo Ebrard con MC en 15% de preferencia”, me dijo Francisco Abundis, de Parametría. “Con un candidato bien posicionado, MC podría llegar a eso”.

Álvarez Máynez insiste en que su apuesta es a “la nueva política”. Esto suena paradójico, ya que a MC lo dirige oficialmente Dante Delgado, quien sucediera en 1988 a Fernando Gutiérrez Barrios, destacado representante del viejo PRI, como Gobernador de Veracruz. Delgado lleva casi medio siglo en la política y militó en el PRI por casi 30 años. Álvarez Máynez dice que Dante es su mentor, aunque ahora aparece más en público con Samuel García, Gobernador de Nuevo León.

El equipo de campaña de Álvarez Máynez define que “lo nuevo” es visitar universidades, transmitir en redes sociales cuando pega calcomanías con Mariana Rodríguez, promover que sus seguidores hagan videos usando filtros de TikTok con la cara del candidato, memes y videos comiendo tacos. El uso de estas redes tampoco parece nuevo. En América Latina han sido utilizadas por candidatos de diverso signo político, desde los derechistas Nayib Bukele y Javier Milei hasta el izquierdista Gustavo Petro.

Álvarez Máynez admite que algunos hombres votarán por él porque no quieren una mujer en la Presidencia, pero no ve un dilema ético entre llamarse feminista y haber aceptado la candidatura en medio de una competencia entre dos mujeres. “Se me acercan chavas y me dicen que van a votar por mí porque soy el único que tiene propuestas que benefician a las mujeres”, me dijo.

Quizá el factor que más ha permitido a Máynez crecer en las encuestas es la polarización, más que esas estrategias “novedosas”. Un candidato sereno parece mejor opción que dos candidatas en pugna.

En la alianza opositora se asegura que las encuestas a favor de MC están infladas y que en realidad sólo buscan dividir el voto contra Morena. Algunos analistas me dijeron que esto no necesariamente es así, sino que su estrategia puede motivar un voto que en otro contexto sería nulo o de gente que no votaría.

Falta un mes para las elecciones. Muchos votantes tienen su decisión tomada, pero eso no significa que saldrán y emitirán su voto. Habrá que ver si, en efecto, Álvarez Máynez se beneficia de la polarización y el hartazgo. Aunque esté lejos de ganar, un buen resultado permitirá a MC negociar posiciones políticas en el Congreso federal y en los estados, algo de lo que sacarán ventaja los viejos “nuevos políticos”, como Delgado.