Si bien la Región Norte de Coahuila viró hacia Morena-PT con la victoria en los Ayuntamientos de Piedras Negras, Nava, Allende y Zaragoza en la elección de junio pasado, y revalidó para UDC la Alcaldía de Ciudad Acuña (sin los guindas en la reelección), del otro lado del río Grande, con 512 kilómetros de frontera compartida, sucedió un fenómeno completamente distinto esta semana.
No sólo es la victoria de Donald Trump es un estado históricamente republicano y confesional, Texas, sino la conversión política —así sea temporal o no— de las mayorías migrantes asentadas en la franja fronteriza, compuestas en parte por coahuilenses en tránsito, o binacionales de segunda generación con influencia en Cinco Manantiales y la Región Carbonífera, su origen.
Ahí es donde la ecuación toma forma.
Tierra adentro, en la elección más reciente, se alzaron con la victoria híbridos de “izquierda”, si es que algo todavía significa la definición en el espectro político (ni Morena ni los aliados que componen lo que se denomina 4T lo son en realidad). La derecha extrema, bajo esa misma clasificación, está cruzando el puente internacional. La ironía es que son los mismos vecinos frente al espejo con cinco meses de diferencia.
La tendencia también afectó a Nuevo León y Tamaulipas pues desde Brownsville hasta Laredo pasando por McAllen, es decir los condados de Cameron, Hidalgo, Starr, Zapata y Webb fueron arrasados por Trump. En la elección presidencial de 2016 todos ellos los había ganado el Partido Demócrata, en la sucedánea de 2020 mantuvo cuatro de cinco, exceptuando Zapata, y ahora todo se pintó del color contrario: rojo republicano.
Incluso el New York Times identifica el patrón de conducta en su edición del viernes, al asegurar que “en ningún lugar de Estados Unidos los condados históricamente demócratas han cambiado tanto y tan rápido en dirección al expresidente, Donald Trump, como en las comunidades de Texas a lo largo del río Bravo, donde los residentes hispanos constituyen una abrumadora mayoría”. Y lo más importante, su leitmotiv: “los votantes destacaron la economía y la migración como sus razones para votar por Trump”.
El Partido Demócrata con Kamala Harris, en cambio, ganó los más poblados; las urbes de Texas: San Antonio, Dallas, Austin, Houston y El Paso. Pero Trump saltó de un 41% de intención de voto durante 2020 en la franja fronteriza de Texas con Coahuila, a un 55% el martes. No sólo ello, avanzó en los 30 condados en los que la población latina supera 70% del total (en algunos como Starr, Webb, Maverick, Zapata, Zavala e Hidalgo, son más del 90%).
De los 26 condados que colindan con México, en el 75% ganó el republicano (en 2020 había ganado sólo en el 50%). En el segmento poblacional de los 18 a los 29 años fue donde más aumentó preferencia electoral (la tendencia de la Generación Z al autoritarismo y populismo es una mala noticia mundial aunque se confirma conforme pasa el tiempo y participan políticamente), y entre los varones latinos llegó al 55%.
Donde más avanzó Trump, cosa curiosa, fue en el condado de Maverick (hasta 29 puntos porcentuales) seguido de Webb (con 25). Maverick, cuya ciudad más poblada es Eagle Pass, frontera con Piedras Negras, tiene 95% de población latina (y mayoritariamente coahuilenses). Ojo.
Por su parte, en la colindancia con Ciudad Acuña, el condado Val Verde (80% de población latina), creció 17% su preferencia en cuatro años, y en Uvalde (71% de latinos), con influencia en la Región Norte del estado de igual forma, subió 13 por ciento.
Cortita y al pie
Con la entrada del Gobierno estatal el 1 de diciembre de 2023 se puso en la agenda pública la relación con Texas, histórica pero por décadas enlatada. A propósito del 200 aniversario de la fundación del Estado Coahuila y Tejas, se renovaron votos con la recepción oficial a la comitiva de Coahuila en la residencia de Greg Abott, gobernador republicano y ultra conservador también.
Si la idea era sembrar en el imaginario colectivo una relación bicentenaria entre coahuiltejanos, alejados del centro del país aunque con diferencias políticas con los vecinos de la República del Río Grande (Nuevo León y Tamaulipas), el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos supone un punto de inflexión a la dinámica interna: alinearse con el principal socio comercial de la entidad, más radicalizado que cuando ejerció por primera vez, de 2017 a 2020, o seguir alentando a su competidor directo, China, con la estrategia del nearshoring que ya lo ubica como segundo país que más invierte en Coahuila (17.9%), después de Estados Unidos (49.7%) según datos de 2023.
Por lo demás, ¿se puede tener agenda local propia en un contexto de globalización y no decantarse por alguna de ambas naciones en conflicto?
La última y nos vamos
Se publicó aquí el 29 de febrero El espejismo del nearshoring, o lo que es lo mismo: llevar industria extranjera, generalmente asiáticos, a donde ya no hay trabajadores, y reclutar entonces mano de obra migrante como carne de cañón para ocupar vacantes.
¿Quién gana con esa dinámica? Evidentemente los nativos no pues colapsa su calidad de vida, como ya sucede con la Región Sureste de Coahuila.
El Coahuila de Texas lo sabe y votó en consecuencia: Trumpista y Republicano. ¿El Coahuila de acá, estará conforme con el modelo?
No lo creo.
Notas Relacionadas
Hace 18 minutos
Hace 31 minutos
Hace 12 horas
Más sobre esta sección Más en Coahuila