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El caudillo oculto

Por Guadalupe Loaeza

Hace 11 horas

¿Un caudillo oculto en Palacio? ¿En cuál de todos sus recovecos? ¿Quién le dará de comer? ¿Quién le surtirá sus medicamentos? ¿Cada cuándo se asoma? ¿Mandará sus comunicados por medio de su celular? ¿Estarán enterados de su existencia los encargados del mantenimiento de ese enorme inmueble? ¿Cuántos de los empleados están enterados de su existencia?

En su presentación en el Seminario de Perspectivas Económicas 2025 del ITAM, el expresidente Ernesto Zedillo, advirtió que “el poder real” en el país lo ejerce “un caudillo oculto en Palacio Nacional”.

“Queremos una Presidenta de verdad” reclamó. Lo de la sombra del caudillo sobre Sheinbaum ya lo sabíamos, sin embargo, muchos pensábamos que López Obrador se había ido a la “Chingada”, pero todo parece indicar que no; que está más bien muy cerquita, físicamente, de la Presidenta.

Era de imaginarse, pero que lo venga a decir uno de los expresidentes que tiene más credibilidad, sí preocupa. En una videoconferencia, Zedillo Ponce de León, hizo hincapié en que México tiene una “autocracia”, que desaparece instituciones e instaura un estado policial.

A mí manera de ver eso es lo más preocupante. “Para Zedillo, en junio pasado, los mexicanos no votaron para destruir la democracia, desaparecer las instituciones y crear un estado policial”.

Igualmente advirtió el exmandatario que, “estamos realmente ante una situación muy grave en nuestro país, y la pregunta es, frente a los acontecimientos que muy probablemente se avecinan esos nubarrones y seguramente tormentas que podemos ver en el horizonte, que todo eso nos tome en esta condición, es muy desafortunado”.

Era evidente que la Presidenta, al otro día, le contestaría en su “mañanera” al doctor Ernesto Zedillo, “Les digo a quienes piensan que las mujeres no tenemos iniciativa propia, que porque por nosotras piensan otros, a quienes afirman que las mujeres no gobernamos porque no tenemos capacidad o inteligencia, a quienes creen que Presidenta se escribe con ‘e’, a los que con cobardía no pueden reconocer que las mujeres somos personas”.

He allí una declaración totalmente fuera de lugar y hecha con el hígado y no con el cerebro, haciéndose la víctima de los clichés machistas. En el Zócalo la Presidenta volvió a retar al expresidente: “Deseaban algunos que no cumpliéramos con nuestro compromiso. No sé qué esperaban, ¿Qué dijera una cosa y actuara de otra forma? ¿Qué me comprometiera en campaña con el pueblo y después lo traicionara? Pues se van a quedar con las ganas”.

Por mí que diga misa la Presidenta, yo sí le creo a Ernesto Zedillo. Se esconde “un caudillo en el Palacio”. Desde hace muchos años he sido su “fan”, a pesar de su partido.

Durante su mandato escribí muchísimos textos, especialmente a raíz de la masacre de Acteal, pero la mayoría, son favorables. Siempre me pareció un priista honesto, distinto a sus congéneres y sinceramente comprometido con el país.

Por eso cuando dijo en el ITAM, “va a ser muy difícil que superemos los retos económicos y geopolíticos que se avecinan desgraciadamente, lo que hemos visto es que la apuesta se ha doblado por esa transformación de democracia en tiranía”.

El expresidente sí sabe de lo que habla, no hay que olvidar que enfrentó una de las peores crisis económicas en nuestro país. A lo largo de los años, se ha convertido en un líder en la globalización. Ha sido director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale y consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates, es doctor Honoris Causa de Harvard.

Además de ser muy honesto y austero en su vida diaria, desde que dejó la Presidencia, ha percibido muy buenos ingresos económicos. Zedillo ha sido el único expresidente de México que renunció a su pensión vitalicia.

Cómo no reconocerle que fue el artífice de la transición. En el 2000, escribí a 100 días que le entregara la banda presidencial a Vicente Fox, que en realidad Zedillo era un Presidente enamorado, “Enamorado de la tan esperada transición política. Enamorado de su patria. Enamorado de los logros económicos. Enamorado de un pueblo, que supo con toda su sabiduría elegir a su próximo Presidente en paz y en la forma más democrática posible. Enamorado de la democracia; de la República; de todas las vivencias que acumuló a lo largo de estos seis años”.

Líneas abajo en este mismo texto transcribo una de sus mejores declaraciones dirigidas a los jóvenes deportistas.

“Yo cuando anuncié el 2 de julio la derrota del PRI, fue en primer lugar por el compromiso que tenía conmigo y ningún ‘dinosaurio’ tiene derecho a predicar nada”.

Hasta cuándo permanecerá el “caudillo oculto en el Palacio”. Me temo que la señora Presidenta de México no quiere que se vaya.

 

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