Arte
Por
Christian García
Publicado el jueves, 17 de abril del 2025 a las 04:28
Saltillo, Coah.- El contrabajista Daniel Herrera conoce la presión de que “la música siempre suene perfecta, porque vengo de formación clásica”, sin embargo dice que “por ser humanos siempre estamos en la posibilidad del error”, por ello, apunta que la Inteligencia Artificial, aunque generadora de melodías, nunca podría hacer música real, ya que “el arte necesita más, es el sentimiento, el corazón”, dice a Zócalo antes de tomar su bajo eléctrico, saludar al público y acompañar a los miembros de The Three Porks and the Wolf, el ensamble de jazz con el que se presenta cada martes en la Taberna El Cerdo de Babel.
Sin embargo, el trabajo musical de Herrera no se detiene ahí, sino que continúa en sus momentos de soledad, en el estudio de su casa, donde el silencio da paso al nacimiento de nuevas melodías que captó en su segundo disco: Bassroom, un ejercicio musical que une lo digital con lo analógico.
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Este disco nació en diciembre del 2024 con la idea de poder fusionar la tecnología con la parte humana” porque “aunque ya existe la Inteligencia Artificial y todo ese rollo en empresas y todo eso, donde la IA está trabajando y haciendo lo que el ser humano hace, es con mucha diferencia. “Entonces, pensando, dije, ‘pues el arte es algo complicado de que un robot lo pueda un robot o algo lo pueda hacer’, porque quizás puedan ejecutar, pero ponerle esa parte humana, siento que todavía le hace falta un buen y que a lo mejor nunca lo logran”.
Así, Bassroom es la fusión entre el hombre y la máquina. En cada uno de los nueve tracks que conforman este disco está la parte digital por medio de las bases y los sintetizadores, pero en el que las líneas de contrabajo y el piano revelan la creatividad humana, no en la forma perfecta de la sonoridad, sino en los errores, desafinación y discordancias que pueden presentarse.
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Traté mucho de que fuera un solo track, o sea que no hay ni un corte, porque siento que ahora la tecnología nos hace decir ‘ah, me equivoqué aquí, bueno, déjame lo devuelvo’. Entonces, yo traté de simular el cómo se grababa la música antes: de trabajo en un estudio y de una sola toma, pues, vámonos todos juntos. Entonces, eso mismo, pero en una parte de una línea de bajo que fuera sola. La melodía que fuera una sola junto con el solo, que fuera la melodía, el solo, y luego volver a grabarla. No me permití decir ‘ah, voy a cortar’, porque eso hace que se pierda esa esencia del momento”.
Aunque formado como un músico clásico, Herrera ha incursionado en las aguas del jazz. En las polirritmias y cambios modales del género, en su síncopa y movimientos variados, cambiantes como arenas movedizas que lo han hecho entender que “el arte, en mi caso la música, no es perfecto y que en el error hay siempre una posibilidad”, dijo.
El disco, ilustrado con una pieza de Paulo Zárate, puede conseguirse de forma directa con el músico en su Facebook Daniel Herrera, o su Instagram @danielherrera_music.
Cómpralo:
Bassroom
De Daniel Herrera
150 pesos
9 canciones
Disponible en:
Instagram:
@danielherrera_music
Facebook:
Daniel Herrera
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