Cualquier maestro, entrenador, padres de familia y personas, que trabajen en diversas áreas de la enseñanza deberían conocer esta información.

Y es que, desde muy pequeños, cuando empezamos a ver el gusto que tenemos por algún oficio o diversas enseñanzas, nos empezamos a inclinar por ese gusto; y el de enseñar a muchos se les da.

Muchos de los o las que se inclinan por esta bella y noble labor, de cualquier índole, insisto, educativa, deportiva o de cualquier oficio que sea de llevar de la mano, tiene esos dones y talentos, para mejorar sus habilidades, aptitudes y competencias en cualquier área, como la escuela, el deporte, la empresa y lo mejor, para la vida.

En la palabra, dentro de Primera de Corintios, en el capítulo 12, en los versículos, del 7-11, nos dice; que a cada uno les es dada la manifestación del Espíritu Santo para provecho.

Mismos, en el que destaca, que nos es dada Palabra de sabiduría, palabra de ciencia, Fe por el mismo espíritu, dones de sanidad, de milagros, de profecía, de discernimiento, de espíritus; a otros diversos géneros de lenguas, pero todo se engloba en el Espiritú, que se reparte a cada uno como él quiere.

No hay que olvidar, que todos y cada uno de nosotros, tenemos una misión de vida, un propósito en este plano terrenal, pero lamentablemente, hasta que se abre la consciencia o se conocer ese sentido del camino en tu vida, te das cuenta, de lo anterior. En ocasiones pasan muchos, muchos años para darse cuenta de esto.

Por otro lado, cuando vemos el gusto por algo en específico, es fundamental, darse cuenta de lo que uno puede hacer, pero hay que desarrollar esos dones y talentos que nos fueron encomendados.

Recuerda amiga y amigo lector, ¿Cuándo empezó ese gusto, por hacer algo en tu vida?, ¿Ese gusto por estudiar una carrera?, ¿Ese gusto por un oficio?, ¿Ese gusto de enseñar?. Y bien que a final de cuentas se convierte en tu forma de vida, pero lo mejor en algo que te apasiona y por lo que te apasiona, recibes una recompensa, como pago. Eso es estar bendecidos y se llama, “Pasión por lo que haces”.

A cuantos, de nosotros o ustedes, les gusta ayudar, les gusta encaminar, les gusta enseñar. Pero sobre todo también sanar, o se enfocan en una ciencia exacta de la salud física, mental, o incluso espiritual y de igual forma de replicar en muchas ocasiones, lo recibido, como entrenar o educar.
A lo largo de nuestra existencia, te has fijado, como familias, incluso generaciones, son profesionistas de la misma disciplina, y tiene un porque, Una razón de ser, que tiene que ver con tu propósito y misión de vida.

Y si bien es cierto, que un método de aprendizaje, es la observación, porque al ver, desde que tenemos sano juicio o para empezar a hacer un discernimiento de lo que queremos o hemos visto, como los hijos, buscan emular lo que se hacen sus padres o ancestros diversos. Una opinión muy personal, pero al final es cierto.

Obviamente hay sus excepciones, ya que en contra parte, existen padres, que buscan que sus hijos sigan sus pasos, porque desean que prevalezca una tradición en la familia, en ocasiones, olvidando lo que sus hijos desean realmente.

Existen varios o muchos casos, donde los de la segunda o tercera generación, desean trazar su propio camino, que, de manera natural, así debería ser, ya que les encaminan por no decir obligan a hacer lo que a los padres les agrada y no lo que como hijos deciden hacer.

Desde mi trinchera, en mis años de experiencia como docente, entrenador y promotor de la salud, me he encontrado con casos, muchos casos, como el de un chico recién graduado de doctor, así es, lea claramente, y por deseos fehacientes de sus padres, por ver a su hijo, convertirse en promotor de la salud; él hizo la carrera y al término de la misma. Entregó el título a sus padres y busco su pasión, que fue estudiar ingeniería en sistemas.

Un chico brillante, que destacaba por sobre el resto de sus compañeros, se podrá decir que, debido a ya haber estudiado una carrera, sus habilidades sobresalían de entre el resto.

Hay otros casos, donde los chavos desean seguir los pasos de sus padres y los padres, no desean que hagan lo que ellos.

En el deporte sucede de igual forma, que los papás, si llegaron a jugar o destacar en alguna disciplina, buscan que sus hijos sigan sus pasos y en muchas ocasiones, eso que a ellos les mueve y apasiona, a sus hijos, ni por la cabeza les pasa, ocasionando decepción, enojo y frustración.

Y en vez de descubrir cual es su misión de vida y propósito, de acuerdo a sus gustos, talentos, y sus dones, pudieran acompañar, incluso apoyar para que desarrollaran estas habilidades que seguramente, redundarán en resultados positivos a la larga, no a corto plazo, como acostumbrada esta la sociedad, a ser resultadistas.

Pero ¿Cómo pudiéramos utilizar nuestros dones y talentos?. Conociendo la palabra, pero de igual forma conociendo los talentos de nuestros semejantes, que todos y cada uno tiene dones y la capacidad de destacar en cualquier oficio, profesión o cualquier índole.

No existe cualquiera o mejor llamamiento, que el servir, ya que al servir recibimos más, Un principio importante, primero es estar agradecidos por todas y todos los que han tenido que ver con nuestra formación, nuestras enseñanzas, desde nuestros padres, familia, maestros, entrenadores, ya que las personas que tu elegiste para relacionarte, tienen un propósito en tu vida y por algo aparecieron en tu vida. Ojo el agradecimiento es no sólo cuando las cosas salen bien.

Pero cuantas veces nos molestamos, no le damos el valor, a esa gente que llega a nuestras vidas y nos remarcan situaciones o cosas en las que deberíamos alinear o mejorar en nuestro entorno. Eso amigo, amiga lectora, tiene un propósito, pero en muchas ocasiones no tenemos la visión para ver ese objetivo del porque y para aprender o entender ese proceso para mejorar.

El punto de partida es saber, que es lo que buscamos, que deseamos, pero sobre todo que queremos hacer, para tener un modo de vida, pero que nos agrade y disfrutarlo.

En cada uno de nosotros, está un inventor, un entrenador, un genio, un maestro, un político, un líder, una persona de valor, que puede lograr lo que se proponga, pero se debe descubrir, ¿Y cómo lo descubres?. Con las personas con las que te relacionas, tu misma familia, amistades, que son las que te hacen sacar tu verdadero potencial.

Y aunque cada uno de nosotros, somos el más importante en nuestra vida; es fundamental la interacción, el acercamiento con las personas y en ocasiones aunque no lo quieras o desees aceptar, en las charlas incomodas, es donde se aprende más.

Un punto de partida, para encontrar tus dones y talentos, es el autoconocimiento, que te gusta hacer, que gustos tienes, que afines tienes con diversas temáticas y entregarlas a Dios, al Espíritu Santo, al Universo, a la divinidad, a quien desees o cualquiera que sea tu creencia.

Sin duda alguna, que uno de los descubrimientos más importantes, como padres de familia, para los que tenemos la fortuna de serlo, es encontrar cuales son los talentos y dones de nuestros hijos; sin embargo esos, se van desarrollando, a través de sus interacciones, en la escuela, con sus amigos, en la sociedad, y desde luego en actividades que realizan, como el deporte, la cultura, o donde se desenvuelven, pero aseguro que si no te abres a esa visión y sobre todo conocer a tus hijos.

Lo anterior, anteponiendo una fe en ellos y conocer sus gustos, sin duda alguna que sirve como extraordinario punto de arranque, pero si fundamental nuestros hijos siempre deben recibir apoyo emocional, mucha aprobación y elogios, lo que les dará mayor seguridad para lo que deseen ser o hacer, reforzar sus logros, darles mucho amor y paciencia.

Obviamente en el camino, por algo están los y las orientadores vocacionales, que aplican diversos test para conocer habilidades y destrezas, cuando no encuentran que carrera elegir, pero esas cosas, se dan ya avanzada su edad, como la preparatoria.

En la palabra, de igual forma, viene establecido, que la enseñanza del evangelio, hablar de Dios, olvidemos la religión. Es sin duda alguna una gran preparación para las personas, que aprendan a servir, es un gran cimiento en la vida de cualquier persona.

Eso se trae de casa y no hay día que no deje de agradecer, lo que mi madre (+), que me dio grandes cimientos de la fe y que hoy sigo aplicando en todas las áreas de mi vida, principalmente con mis hijos, mi entorno y en todo lo que hago.

Lo anterior nos deja para la posteridad, una gran enseñanza que no tiene un valor calculado, y que tenga un efecto, a cerca de la eternidad de ayer, en la mortalidad de hoy y la eternidad del mañana. No tiene un precio calculado, el contar con toda esta información.

Esperando sea de aporte para tu vida y entorno, dicha información, finalizo agregando que los que lo llegan a hacer, están en el más alto nivel del campo educacional, así de simple.

Hasta la próxima!.