Cursando la carrera, tuve varios maestros con grado de doctor en ciencias, o doctor en filosofía, con ellos pudimos entender algo que después es un dicho popular: un doctorado no quita lo pendejo, solo lo camuflajea. También aprendimos que la memoria es la inteligencia de los pendejos; hay personas que se pueden aprender el directorio telefónico, pero eso no garantiza su capacidad de análisis, o raciocinio.
En esa época eran raros los doctores, de hecho, prácticamente no había universidades que ofrecieran el grado, ya en los años ochenta, empezamos a ver doctores con estudios en Europa, algo muy diferente, en varios países de allá, como Italia, España y Francia, con mínimos requisitos muchos ostentan título de doctor.
En esencia, el llamar doctor a alguien se refería al hecho de que la persona es docta o intensamente informada en determinado tema. En la cultura mexicana, se les llama doctores a los médicos, en esa profesión, el postgrado no se ostenta en el título posterior, incluso en la unión americana, un physician es un médico general y un MD o doctor, es alguien que estudio cuando menos un postgrado con fuertes requisitos, en términos generales, acá lo llamamos especialidad,
Desde Echeverría, se vino un frenesí por los títulos de cartón, en todas las profesiones, empezando por el magisterio, que antes eran considerados no profesionales, con conocimientos para enseñanza, cuando se hizo la Universidad Pedagógica Nacional, con pocos requisitos empezaron a obtener maestrías y doctorados, de ahí, otras profesiones copiaron la moda.
Hubo un exgobernador de Coahuila que ostentaba tres doctorados obtenidos en menos de un año en Barcelona, mismo lugar donde fue encarcelado, algo que sorprendió a propios y extraños, pues solo había mostrado pericia en bailes de arrabal.
La mujer del presidente ostenta un doctorado en letras (con todas las interrogantes lógicas),
La entrante presidenta ostenta un doctorado, pero su clasificación en el sistema nacional de investigadores, está en el nivel de maestro en ciencias, algo que no es problema, en cuanto le requieran el título de doctor le imprimen uno.
Un doctorado no es un genio, ni un sabelotodo, uno verdadero, es alguien que dedica sus acciones, especialmente, largos trabajos de investigación científica, y lecturas a un tema en específico, del que pretende ser quien más sabe, solo eso, un título de doctor, no otorga la confianza o esperanza, en que ese doctorado sepa hacer las cosas, o que tome las mejores decisiones,
Para dirigir una nación se requiere más de integridad, actitud y la capacidad de rodearse de expertos que lo orienten a tomar las mejores decisiones.
Los personajes maravillosos solo existen en el cine, y ya ven, hasta los héroes mueren.
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