Cuando decidieron separarse parecía que se acabó el amor, discutían mucho, sentías que no le importabas o hubo un problema que los sobrepasó como una infidelidad. Pero ahora es diferente, ya no estás tan enojada (o), recuerdas los buenos tiempos donde se llevaban bien, cuando hacían el amor, cenar juntos, cuando te apoyaba si tenías un problema, etc.
Por un lado aún te sientes mal por lo que te hizo, pero por otro parte sabes que pudo funcionar si los dos hubieran puesto de su parte, pudieron buscar terapia de pareja, ir a un retiro espiritual, buscar ayuda con los amigos que tienen una relación estable, etc. Pero cuando menos uno de los dos estaba muy cerrado en ese momento.
Te cansaste de esperar que te trataran con amor y respeto así que se dejaron. Sin embargo, ahora sientes que aún se aman y quisieras intentarlo una vez más pero tienes miedo confiar y que te lastime otra vez.
Y es que el amor no se acaba, pero se debilita, la falta de abrazos, orgasmos, tiempo a solas juntos, la distancia física, como trabajar en ciudades u horarios diferentes, la violencia, adicciones, son algunos factores que debilitan la unión y la confianza en la pareja. Estas acciones aumentan las moléculas del estrés: adrenalina y cortisol, las cuales te mantienen en estado de alerta, te ponen a la defensiva, e interpretas cualquier acto de tu pareja como una traición o una provocación para pelear, ya nos son esposos (o novios) se convirtió en tu enemigo.
Además que estas dos sustancias disparan tu ansiedad: te despiertas en la madrugada, comes sal, azúcar o consumes cigarros y alcohol en exceso, tienes que estar activo (a) todo el tiempo para no pensar en tus problemas y no sentirte enojada (o) o triste, te desesperas mucho y presionas a tu pareja, a tus hijos o a tus compañeros de trabajo para que hagan las cosas más rápido, en algunos casos puedes discutir con desconocidos (presencialmente o en redes sociales)
La confianza es como la batería del celular, se termina, por eso hay que recargarla con abrazos y orgasmos, además resolver problemas juntos y sentirte apoyada (o), que tu pareja pase tiempo con tus hijos (en caso de tenerlos) son elementos que provocan que tu cerebro aumente la producción de oxitocina que es la hormona de la felicidad, la unión y la confianza en la pareja.
Esta sustancia te hace sentir que vale la pena estar con tu pareja, junto con otra llamada “vasopresina” te recuerda porque elegiste a él o a ella, porque se enamoraron y los motiva a estar juntos a pesar de todo.
¿En qué momento se perdieron si se amaban mucho y eran muy felices? Si no te equivocaste al elegir pareja, hay herramientas para comprender más el cerebro de tu esposo(a) y que él o ella te comprenda a ti para que puedan superar esta crisis que los está separando. Los invito a revisar su caso en el consultorio. No se desespere siga luchando por su relación pero con conocimiento.
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