La diplomacia es el arte y la práctica de construir y mantener relaciones y de llevar a cabo negociaciones con personas utilizando el tacto y el respeto mutuo. Se puede clasificar a los seres humanos diplomáticos como intuitivos y empáticos. Se esfuerzan mucho en comprender lo que otra persona puede estar sintiendo y se sienten motivados a ayudar. Actúan con rectitud y son incapaces de afectar a los demás para conseguir sus objetivos. Los diplomáticos se distinguen por su enfoque intuitivo y sensible hacia la vida y las relaciones, son amables y comprensivos, siempre en la misión de hacer del mundo un lugar mejor para todos. Demuestran responsabilidad al asumir el compromiso de respetar a otras personas, conjugando la tolerancia que permite estar abierto a experiencias distintas a las propias.
Se puede afirmar, debido a su trayectoria y comportamiento como personaje y funcionario público, que, nuestro Gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, es naturalmente una persona diplomática y es poseedor de las cualidades arriba mencionadas, son parte de su personalidad y naturaleza, y emanan con fluidez en los eventos públicos, en los que habitualmente el público asistente se encuentra a su favor y aplauden y vitorean sus intervenciones. Sin embargo, el viernes 14 de junio, Manolo tuvo que remar contra corriente y echar mano de toda su capacidad política y diplomática para salir bien librado de lo que yo considero una trampa escenográfica muy obvia y burdamente elaborada. Para comprender lo sucedido, relataré desde el inicio cómo se conjugaron los factores que desembocaron en este episodio en el que se intentó hacer quedar mal al Gobernador de Coahuila. Según los informes que investigué en varios medios periodísticos, los hechos ocurrieron de la siguiente manera:
“Doce días después de las elecciones y aún sin la constancia de Presidenta electa, Claudia Sheinbaum emprendió en Coahuila una gira por el país al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador. Entre gritos de “es un honor estar con Obrador” y “es un honor estar con Claudia hoy”, López Obrador y Sheinbaum arribaron a la Unidad Deportiva Nueva Rosita en San Juan de Sabinas, Coahuila, en donde presidieron la presentación del Plan de Justicia para Pasta de Conchos. Aunque cada uno llegó a Coahuila por separado, el Presidente en vuelo militar, mientras que Sheinbaum lo hizo vía vuelo comercial a Monterrey y luego en carretera a Coahuila, ambos arribaron a bordo de una camioneta al deportivo para encabezar el evento. En el presídium los esperaban Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, y Manolo Jiménez. La secretaria de Gobernación enunció una cronología de las acciones emprendidas desde la primera reunión que el Presidente tuvo con los familiares de Pasta de Conchos para delinear las acciones a emprender y poder recuperar los cuerpos y reparar el daño”.
Lo que siguió a continuación fue lo que se conoce en el medio taurino como “la acción de los reventadores”; la mayoría de la gente, e incluso los aficionados taurinos, desconocen que en las entrañas de la Fiesta Brava, se llevan a cabo acciones amañadas y facciosas para desprestigiar a un torero abucheándolo y molestando sin razón en el momento de estar enfrentando en el ruedo a su toro, un torero rival, o un empresario que no tiene una relación ventajosa sobre algún torero en especial, contratan gente a la que le pagan para que se infiltren entre las gradas, y empiecen al unísono a abuchear al torero y gritar “toro, toro”, dando a entender que el toro es muy bueno y que el torero no lo está toreando bien, que lo está desperdiciando, esto confunde al público en general y le echa a perder la faena al torero.
Esto le sucedió a Manolo Jiménez este pasado viernes, desde que fue presentado empezaron los abucheos y silbidos sin razón aparente, y cuando tomó el micrófono “los reventadores”, aparentemente guiados por una familia de la región con jugosos contratos de la CFE, se hicieron presentes en masa, pues todos gritaban en coro “fuera, fuera”, de una manera muy organizada, grotesca y hasta caricaturesca, por la obviedad del intento de denostar y ofuscar al Gobernador, quien en lugar de “agüitarse”, o ponerse nervioso temiendo a los agresores, hizo todo lo contrario, como se dice taurinamente refiriéndose a la actitud de un toro picado, “se fue pa’rriba” y reforzó su tono de voz y confrontó a quienes intentaban desprestigiarlo hablando claro y fuerte, agradeció al Presidente saliente sus acciones para ayudar a las familias de los mineros desaparecidos, y cuando felicitó a Claudia Sheinbaum por su triunfo, “cambió las lanzas por cañas” al ser el primero en corear el nombre de la Presidenta electa, “¡Claudia, Claudia!”, y los presentes no tuvieron mas remedio que imitar al Gobernador y asimismo gritar el nombre de la candidata ganadora. Ya sin el barullo de los presentes, le expresó empáticamente: “Le agradezco por escoger nuestro estado como parte de su primera gira como Presidenta electa, sobre todo para atender un tema tan sensible y humanitario como este. Considere a Coahuila como su casa en el norte de México”. Claudia y Manolo se abrazaron con naturalidad, y sin exagerar puedo decir que es de las pocas veces que he visto sonreír a nuestra próxima Presidenta de una manera abierta, franca y contenta.
Gracias a la capacidad de Manolo de pensar y reaccionar con rapidez y con calma ante una situación adversa, ajustó su discurso conforme al público y diplomáticamente logró la resolución pacífica de las tensiones.
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