“El 17 de septiembre de 1910, el marqués Camilo García de Polavieja hizo entrega al presidente de la República, el general de división Porfirio Díaz Mori, del uniforme que utilizó el generalísimo José María Morelos, que había sido enviado a España por el entonces comandante de las fuerzas realistas Félix María Calleja, y que en ocasión del centenario de la independencia, fue devuelto a México por el soberano español Alfonso XII, que complementó con objetos diversos y banderas que fueron capturadas a los insurgentes en algunas batallas.
La reliquia fue trasladada con todos los honores en una cureña de cañón, cubierta con la bandera nacional y colocada en una caja de madera, abierta al homenaje y respeto del pueblo. En el centro de un sol radiante, puesto en la parte delantera, iba el retrato del héroe. Le dieron escolta el marqués de Polavieja que marchaba a pie, llevando a su derecha al subsecretario de Relaciones y organizador de las conmemoraciones del centenario de la independencia, Lic. Federico Gamboa y a su izquierda, el director del Colegio de Artillería, teniente coronel Manuel Salamanca, seguidos por seis sargentos del Colegio Militar y seis del ejército, de las tres armas.
Previamente, el teniente coronel Salamanca, entregó las banderas que condujeron los líderes del movimiento independentista a los campos de batalla para que escoltaran la cureña, a los generales de brigada, Gregorio Ruiz, Emiliano Lojero, Manuel Sánchez Rivera y a los brigadieres Manuel M. Blázquez, Miguel Gil, Carlos Becerril, Adolfo Iberri, Enrique Mondragón y Eduardo Paz. Salamanca puso las banderas en manos de los oficiales de los batallones 2°, 4°, 10°, 20° y 30°. Los generales desenvainaron sus espadas y dieron guardia de dos en dos al estandarte de Hidalgo con la Virgen de Guadalupe, que el padre de la patria tomó a su paso por Atotonilco en 1810; al estandarte de Morelos, la bandera del batallón de Tepic, la del centro del cuerpo de caballería de Valladolid y el guión de artillería “Doliente Hidalgo”, clareado de balas y hecho girones.
Estas históricas reliquias fueron llevadas del Museo de Artillería hasta el gran salón de recepciones de la Secretaría de Relaciones, para salir de ahí acompañando al cortejo que conducía el uniforme del Morelos y entregarlo al presidente Porfirio Díaz. La colonia española y la junta central española del centenario, se debe en parte que hayan sido traídas estas reliquias a México, estaban representadas por los señores José Sánchez Ramos, Francisco Martínez Arauna, Adolfo Prieto y José Visozo. La Universidad de Oviedo fue representada por Telésforo García y Manuel García Álvarez. Sin lugar a dudas, el uniforme de Morelos fue el obsequio a México que más conmocionó a los mexicanos durante las celebraciones del centenario del inicio de la Independencia de México.” (Historia Gráfica de la Revolución Mexicana. Casasola).
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