Ovideo, España.- Un llamado a la defensa de la libertad resonó en el teatro Campoamor, donde ayer fueron entregados los Premios Princesa de Asturias 2024.

El primer mensaje se alzó en voz de Joan Manuel Serrat, a quien el jurado reconoció en el campo de las Artes por una trayectoria que comenzó durante la dictadura en España y ha estado marcada por la defensa de la democracia y la libertad.

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Creo en la libertad, la justicia y la democracia, valores que van de la mano o que no van. Y les confieso que no estoy conforme ni a gusto con el mundo y con el tiempo que me tocó vivir recientemente”, dijo emocionado el cantautor.

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Vivimos un tiempo contaminado, hostil, insolidario, donde los valores democráticos y morales han sido sustituidos por la avidez del mercado y donde todo tiene un precio. No me gusta ser testigo de atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas. No me conformo al ver los sueños varados en la otra orilla del río”, añadió.

Retirado de los escenarios desde fines del año pasado, Serrat cerró su intervención interpretando uno de sus éxitos, Aquellas pequeñas cosas, acompañado de una violinista.

Por su parte, Marjane Satrapi, historietista, cineasta y pintora francoiraní, abogó por enseñar a los más jóvenes que “el verdadero éxito radica ante todo en el humanismo”.

Considerada una voz esencial en la defensa de los derechos humanos y la libertad, la autora de la novela gráfica Persépolis, lanzó una crítica al machismo y a los feminicidios.

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Entre lo que los biólogos denominan animales auténticos, es decir los mamíferos, el hombre es el único que mata a su hembra. Y calificamos ese acto como bestial, siendo así que ninguna otra bestia, fuera de nosotros, lo comete”, dijo al recibir el premio en el área de Comunicación y Humanidades.

Parafraseando al filósofo Miguel de Unamuno, la poeta Ana Blandiana, galardonada en el campo de las Letras por una carrera que discurrió en gran parte durante el régimen comunista en su Rumania natal y por su capacidad de resistencia frente a la censura, hizo un análisis del mundo actual.

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Las naciones se difuminan ante las ideologías, como un ancla en la profundidad del tiempo, en cuya superficie se estrellan las olas siempre cambiantes de la posmodernidad”, dijo en alusión a los conflictos armados que azotan a la sociedad.

El académico, pensador y expolítico canadiense Michael Ignatieff, premiado en la categoría de Ciencias Sociales, reiteró su compromiso por la igualdad de género en un discurso en el que defendió la lucha “para ser mujeres y hombres libres en un mundo saturado de manipulación y mentiras… Poder llamarnos libres y merecerlo realmente es el premio que más importa en la vida”.

Carolina Marín, considerada la mejor jugadora en la historia del bádminton en España y una de las mejores del mundo, se convirtió en la octava mujer que recoge el premio en Deporte ante la emocionada mirada de su madre desde las butacas.

Entre los premiados figuran también los científicos Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov, que compartieron el galardón de Investigación Científica y Técnica.

El secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Mariano Jabonero Blanco, recibió el premio de Cooperación Internacional y la presidenta de Magnum Photos, Cristina de Middel, hizo lo propio con el de la Concordia por la icónica labor de fotoperiodismo de la agencia fundada en 1947 por Robert Capa, Henri Cartier-Bresson y Maria Eisner, entre otros.

En el contexto de las guerras que se libran en Oriente Medio, Ucrania o Sudán, el rey de España, Felipe VI, cerró el acto con una advertencia contra la polarización y un llamado a la cooperación.

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En este mundo globalizado de grandes magnitudes y oportunidades, entre avances tecnológicos inimaginables, la deshumanización es un riesgo latente… La historia nos alerta de los graves riesgos de la polarización, de la negación del otro por sus convicciones o creencias, porque piensa, reza o vota distinto”, dijo, una reflexión que se sumó a la “llamada incesante a la contención y a la humanidad”.