Saltillo
Por Edith Mendoza
Publicado el lunes, 5 de agosto del 2024 a las 04:20
Saltillo, Coah.- Desde lo alto del mástil, con la vista puesta en el cielo y los pies enraizados en la tierra, como cada verano, los voladores de Papantla se disponen hacia la viva manifestación de la cultura totonaca, que aunque convertida en uno más de los espectáculos de la feria del pueblo, guarda en sus entrañas un pacto con la naturaleza y la fertilidad.
Más allá de la acrobacia impregnada de profunda valentía, se trata de una conexión ancestral, que hoy en día también significa una forma de vida e ingresos para cada discípulo y caporal que la representa.
Don Enrique García combina esta danza con su trabajo como jornalero en el campo. Aunque de pequeño solamente llegó a practicar esta danza al nivel del suelo, fue hasta los 25 cuando comenzó a hacerlo con todas sus implicaciones. Hoy en día, a sus 70 años, asciende y desciende como si fuera la primera vez. Ha estado en todas las posiciones posibles, pero en este grupo que visita Saltillo en las últimas 16 ferias él representa a uno de los cuatro puntos cardinales.
“
Hay riesgo, verdad, pero siempre hay que tener seguridad y más que nada, los nervios, hay que concentrarse… recuerdo la primera vez que subí; cuando empecé, tenía ganas de estar hasta arriba, también participé como caporal, tocaba la flauta, ya cuando estuve arriba, fue maravillosa la experiencia”, externó.
Guardianes
En este mundo que cambia rápidamente, los cinco guardianes de los restos de una herencia invaluable que se resiste a sucumbir, integran, tanto como pueden, a los más jóvenes.
Carlos Daniel Hernández García, con cinco años de experiencia, es el último de varias generaciones de “hombres pájaro” en su familia, quienes acuden a cada feria para la que son contratados.
“
Para nosotros es un ritual, significa la fertilidad de la tierra, es lo que va la ceremonia, más que nada (…) Que vengan, que nos apoyen con lo que se pueda”, mencionó.
Tradición cultural
Con esta ofrenda, los voladores de Papantla nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y a reconocer la importancia de preservar nuestras tradiciones culturales.
Oraciones a los dioses
Son los vestigios de la época prehispánica. Entre la multitud expectante y billuciosa, los cuatro discípulos y el caporal, enfundados en sus trajes rojos, ascienden con destreza al mástil de 20 metros de altura, para que las oraciones sean mejor escuchadas por los dioses.
El caporal toca la melodía ancestral con la flauta y el tambor en honor al sol, mientras que desde el tacomate, los cuatro danzantes forman la rosa de los vientos. Atados por los tobillos, se lanzan como si fueran las gotas de lluvia que besarán el suelo.
Notas Relacionadas
Hace 12 horas
Hace 14 horas
Hace 20 horas
Más sobre esta sección Más en ZocaloApp-home2
Hace 20 horas
Hace 20 horas
Hace 20 horas
Hace 21 horas
Hace 21 horas
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia