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Coahuila

Daño irreversible

Por Cholyn Garza

Hace 10 horas

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Recientemente, una pequeña parte de la entrevista que le hizo Saskia Niño de Rivera, a Héctor Martínez, apodado el “bart” se transmitió por televisión. 

Aunque fueron breves minutos, los suficientes para calificar el excelente trabajo de Saskia.  Un trabajo periodístico que nos remontó a diciembre del 2022 y que -al menos a mí- hizo que me quedara con un dejo de tristeza y gran dosis de malestar.

Tristeza, porque siento que estamos inmersos en una pesadilla, por todo lo que está ocurriendo en nuestro país y de la que no podemos despertar aún. 

Malestar, porque el “Bart”, en la entrevista desde el reclusorio norte donde se encuentra esperando su sentencia no mostró el menor rasgo de arrepentimiento.  Por el contrario, él continúa con la idea de cumplir su objetivo cuando salga de la cárcel. 

Un objetivo que, gracias a Dios se vio frustrado debido al blindaje de la camioneta que era conducida por Ciro. No cabe duda de que el periodista tiene un ángel protector que lo cuidó y protegió de la maldad humana. 

El “bart”, individuo de 34 años, no demuestra arrepentimiento por lo que es, un sicario que debe ya muchas vidas.  Por el contrario, siente satisfacción por lo que es y hace; en lo que se ha convertido, un individuo que por dinero arrebata la vida de un semejante.

Nada lo conmueve, al contrario, por fracasar en el intento fue tal su enojo que decidió matar a su cómplice por “no realizar bien la investigación”.  Lo culpó por no haber investigado que la camioneta del periodista era blindada.  Sintió coraje no poder realizar el “trabajo” que le dejaría mucho dinero.

Se burla de la justicia en nuestro país.  Asegura que va a salir pronto de la cárcel porque sus abogados están trabajando en una condena mínima por el intento de homicidio más no por asesinato, que por supuesto y afortunadamente no se consumó.   ¿Qué hay de la veintena de personas ejecutadas por el sicario?  Seres humanos que tal vez nadie reclamó y si lo hicieron, quedaron en el anonimato o en el olvido.

¿Nos hemos acostumbrado a las malas noticias? ¿Acaso nada nos sorprende? 

No se termina de conocer una noticia cuando llega otra, como si fuera el pan nuestro de cada día. Madres buscadoras, mujeres angustiadas buscando a sus hijos; desapariciones que se incrementan; extorsiones; cobros de piso a comerciantes, asaltos en carretera, en fin, aún hay más, mucho más.

¿Ante quien quejarse? La mayoría de las veces no se denuncia por miedo. por no saber quién está detrás de toda esta descomposición social existente.

¿Falta de valor? No lo creo; porque sí existen personas que -a pesar del temor a represalias- se atreven a alzar la voz y exponer sus inquietudes, su angustia porque ya no desean o no pueden ceder más a la extorsión. 

Por ejemplo, Minerva Pérez Castro, empresaria y presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera en Baja California, había denunciado en alguna ocasión una serie de irregularidades y extorsiones a empresarios. Recientemente, un día después de exponer nuevamente ante los medios lo que estaba ocurriendo, fue asesinada en Ensenada.

¿De qué sirve que se denuncie un hecho si los responsables, los verdaderos culpables están protegidos?

¡Hasta dónde hemos llegado como sociedad! como humanidad ¿Qué sigue? ¿Qué nos falta por ver o conocer? me he preguntado en diferentes ocasiones sin que hasta el momento se observe un cambio positivo.

Un cambio que nos permita ver un poco de luz para seguir caminando sin temor y poder llegar al final del túnel.  Y no solo llegar, sino poder salir con confianza, con la certeza de que el sol brillará para todos.

Dios bendiga y proteja a Ciro y a todos los que estén en riesgo, que aman a su país, la verdad, la justicia y anhelan un México en paz.

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