Tierra de ensueño, de uva y de felicidad.
Hacía más de 20 años que no visitaba el llamado Oasis del Desierto coahuilense, Parras de la Fuente, o Parras de los Madero, como un reciente visitante lo denominó luego de conocer su historia, pues este en mágico lugar radicó la familia de Francisco Ignacio Madero González, cuyos vestigios quedan en añosas viviendas y la primera vitivinícola de América, Casa Madero.
Parras posee mucho de lo que algunos pueblos mágicos de México no tienen, una pujante y prospera industria vitivinícola, centenarias nogaleras cuya producción es por cientos de toneladas de nuez, una industria dulcera que no le pida nada a nadie, así como una gastronomía que es de primer mundo. Pero la joya de la corona es su gente.
Tuve la bendita oportunidad de acompañar en Parras de la Fuente (o ¿de Madero?) a un grupo de visitantes de varios estados del país, que hace 18 años hicieron su maestría en la Universidad Camilo C. Cela en España, lugar hacia donde también viajó mi esposa Lupita Saucedo para igual propósito. Allá se conocieron y establecieron un limpia y amplia amistad.
Desde el monumental Santo Madero, se observa cómo la ciudad de 48 mil habitantes está cubierta por frondosos nogales, que dan vida y dinero a sus habitantes, pues se ha convertido junto a sus vinos y sus dulces en productos de exportación.
Recorrimos sus intrincadas callejuelas que son como un enjambre de rica miel, que nos llevaron por la ruta del vino y su centro histórico.
El camino discurre entre nogales, plantíos de vida y canales de irrigación, que le dan la auténtica magia al lugar.
El Estanque de la Luz, actual remanso de agua hace más de un siglo, fue objeto de un experimento científico, creado por Tomás Alva Édison, compañero en el Tecnológico de Massachusetts de Madero y del botánico Eugenio Aguirre Benavides, estos últimos originarios de Parras. Con la caída del agua del Estanque de la Luz produjeron electricidad para probar la primera bombilla incandescente de México.
Parras de la Fuente, o simplemente Parras, es la cabecera del municipio homónimo de Coahuila, localizado en la región sur del estado, colindante con la Comarca Lagunera. Fue fundada en 1598, siendo así de las primeras poblaciones españolas en La Laguna, al igual que Mapimí y Cuencamé. Está situado a mil 500 metros sobre el nivel del mar.
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