Ciudad de México.- Quedó atónita, sin poder hablar ni moverse, impactada por el sonido del legendario Milton Nascimento en el álbum colaborativo Native Dancer (1975) con el saxofonista Wayne Shorter. 

La contrabajista esperanza spalding, quien prefiere ver su nombre en minúsculas, recuerda en videollamada lo que significó descubrir a uno de sus héroes. 

“

Me impactó mucho por la melodía, por el sonido, la textura, por la forma en la que no solo Milton sino todo el mundo toca en el álbum. Podemos escuchar, porque conocemos a Wayne (Shorter), a Herbie Hancock, cómo fueron influenciados por la presencia de Milton y por el espíritu de sus canciones”, dice la compositora de 39 años, en aquel entonces estudiante en Berklee College of Music en Boston. 

Esa admiración culminó en el disco Milton + esperanza (Concord Records) con clásicos de Nascimento, nuevas canciones de spalding y versiones de otros artistas como Paul McCartney y Michael Jackson. 

El hijo de Nascimento le sugirió producir un disco para su padre durante la gira de despedida del músico brasileño por Estados Unidos en 2022. Reunidos en un bar, después de una de las presentaciones, él insistió en hacerlo pronto y aprovechar que la voz de su padre estaba en buena forma por el tour. 

Producir un disco para el músico afrobrasileño de 81 años, que hizo amistad y canciones con artistas brasileños, latinoamericanos y de otras latitudes, “estaba más allá de las fantasías” de spalding. 

El disco es el retrato de una amistad, pero también del momento actual de Bituca, como lo apodan cariñosamente, y de quien la cantante brasileña Elis Regina dijo que “Si Dios cantara, tendría la voz de Milton Nascimento”. 

“Me encanta el sonido de su canto a través de las décadas”, dice spalding. 

Si algo se le aclaró a la compositora trabajando en este proyecto es que no se trata de la física del sonido sino “el sentimiento que el sonido crea en ti”. 

Cita de inmediato a la musicóloga estadounidense Carolyn Abbate, quien plantea que una parte de la voz es mecanicista y otra “es un vehículo” y esa es justo la que impacta a spalding. Con su voz suave, famosa por su inimitable falsete, la leyenda brasileña porta su “musicalidad, filosofía mágica del mundo y experiencia del mundo, el amor que está impregnado en todas partes”. 

“Sea cual sea el estado de su voz, él sabe cómo asegurarse de que eso llegue”, explica. “Lo aprendí cuando hacíamos las tomas vocales en el estudio. Así es como él va por la sensación, no por la perfección”. 

Y las canciones de Nascimento, en palabras de spalding, son “vehículos perfectos”. 

En Cais (Muelle, en portugués), del emblemático álbum Clube da Esquina con LÙ Borges (1972), Nascimento canta: “Para los que quieren soltarse / Yo inventé el muelle / Invento más de lo que la soledad me da / Invención Luna nueva para aclarar / Yo invento el amor / Y conozco el dolor de encontrar”.

Y a mitad de la canción, spalding y Nascimento sostienen una “nota colosal” como testimonio de la fuerza vocal del veterano músico. 

Ese disco de 1972 marcó un hito en la música popular brasileña como expresión del movimiento Clube da Esquina, del que Milton fue protagonista, surgido en Minas Gerais en plena dictadura militar, que fusionó el rock progresivo, el jazz, la bossa nova y la música folklórica brasileña. 

Entre 1970 y 1973, las composiciones del colectivo incorporan “elementos del rock progresivo de influencia europea y en especial, los Beatles”, de acuerdo con el historiador Alberto Carlos de Souza, estudioso del movimiento desde la academia. 

“Milton es un gran fan de Paul McCartney, siento que es su fan número uno y le encantan los Beatles”, expresa spalding. 

Así que cuando hablaban de las canciones para el disco, Nascimento quería una pieza del cuarteto de Liverpool, sabía cuál, pero no podía recordar el título. 

Buscaron página por página en el cancionero de McCartney hasta que encontraron la letra de A Day in the Life. Milton emocionado exclamó: “°Esa es!”. 

“Pero nos enteramos de que quería hacerla cuando ya estábamos en Brasil a punto de entrar en el estudio, dirigí el arreglo en el estudio, empezamos a probar cosas. Me sentía muy insegura acerca de algunas de las partes”, confiesa spalding. 

Pero con la intervención de Matthew Stevens (guitarra), Justin Tyson (batería) y Leo Genovese (piano), lograron que algo “cursi” como el puente de la canción donde habla de levantarse de la cama y tomar un té no sonara ridículo.