Saltillo, Coah.-  Aunque los delincuentes van eligiendo sus carreteras preferidas para sus actividades ilícitas, cuando se realizan operativos de seguridad se van dispersando a vías aledañas, sin que hasta el momento se implemente una estrategia de fondo que permita a los transportistas circular con tranquilidad, por lo que los costos para mejorar la seguridad se han elevado hasta 150 por ciento.

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Los robos no han disminuido, a veces cambian nada más los puntos en donde asaltaban, ahora están asaltando en otra parte. Para mí el Estado de México es el de más alto (riesgo), junto a Guanajuato, Puebla”, señaló Juan Manuel Ramos Cantú, delegado de Canacar y líder del Clúster de Logística de Coahuila.

Detalló que actualmente “los más taquilleros” son los robos de electrodomésticos, seguidos por los de acero, pero la realidad es que no se discrimina. Incluso en algunzas zonas se llevan hasta las unidades. 

Dijo que aunque en territorio coahuilense se mantiene la seguridad dentro de ciertos límites, la situación en entidades aledañas pega indirectamente a la actividad local. Externó que llegan a robar unidades que terminan abandonadas del lado de Coahuila, por lo que se llegan a recuperar hasta cinco vehículos pesados cada semana. 

En este contexto, Ramos Cantú resaltó que el costo de asegurar las unidades y la carga se ha incrementado hasta 150% en los últimos años, además del costo adicional de tecnología para evitar ser víctimas de la delincuencia. Se han integrado cámaras, bloqueo de puertas y hasta bloqueo de la unidad cuando es sacada de ruta.

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Aproximadamente tienes que meterle unos 25 mil pesos mensuales extras de tus gastos, pero los deducibles de nuestras unidades son de 400 mil pesos, prácticamente es todo una inversión que le estás haciendo para que no te roben… lo que vemos es que ya no son rateros, son asesinos, porque cómo se atreven a (asesinar) una persona que está haciendo su trabajo”, expresó.

Al final, dijo, los costos adicionales en la industria logística contra la inseguridad en las carreteras, terminan por reflejarse en mayores costos de las mercancías que consumen todos los ciudadanos.