Dice el dicho que, “cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde”. El anterior refrán popular significa que cuando alguien es obstinado o violento, no reconoce amistad ni parentescos.
La anterior reflexión viene al caso, dado que, la madrugada del pasado miércoles, el expresidente de México, con la saña que le caracteriza, echó mano de todo el poder que aún conserva, y no piensa perder, sobre los miembros de su partido Morena, con el propósito inequívoco de demostrarle a la nueva presidenta Claudia Sheinbaum y al mundo entero que, en la actual Administración federal mexicana, él sigue gobernando.
Y es que, aunque usted no lo crea, por órdenes de López Obrador, lo senadores de Morena, en sesión que concluyó el día 13 del mes corriente, no dudaron en pisotear la dignidad de la actual presidenta Sheinbaum Pardo, ni la propia, para asegurar la reelección en el cargo de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por cinco años más, lo que le prolonga hasta el 2029. Lo anterior como pago de un indecible compromiso que el anterior presidente tiene con este oscuro personaje.
Le cuento: el pasado 9 de octubre, el Pleno del Senado de la República tuvo a bien aprobar la convocatoria para la elección de la Presidenta o Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) mismo que ejercerá el cargo durante el periodo 2024-2029.
En dicha convocatoria se llamó a las asociaciones civiles, organizaciones sociales, instituciones académicas y de investigación, colegios de profesionales, organismos públicos, colectivos de derechos humanos y de víctimas, entre otros, a postular candidatos para ocupar la titularidad de esa CNDH.
Así pues, en términos de la convocatoria, ingenuamente muchos de estos colectivos acudieron al llamado, logrando el registro de sus mejores aspirantes; este supuesto proceso concluyó a las 23:59 horas del pasado 15 de octubre.
Posteriormente el 22 de octubre, se simuló Parlamento Abierto con las distintas organizaciones de derechos humanos, para oír sus opiniones y, el 24 de octubre los aspirantes fueron entrevistados por los integrantes de las comisiones dictaminadoras; por último, el 8 de noviembre, se publicaron en la Gaceta los resultados del procedimiento de selección.
Del procedimiento anterior, se obtuvieron los nombres de los tres aspirantes mejor evaluados en cada uno de los procesos de selección, bueno, al menos así debía ser, ya que extrañamente en la lista final apareció el nombre de Rosario Ibarra Piedra, actual presidente de esta CNDH, la cual además de haber realizado un pésimo trabajo al frente de esta Comisión, también, fue la peor evaluada, al punto de obtener la más baja calificación de todos los participantes.
Pues bien, a pesar de ello, el expresidente dio manotazo y alineó, por la mala, a todos sus senadores para que esta última fuera reelecta, aun por encima de la favorita de Sheinbaum.
Al final, con la satisfacción y regalo dado a su líder, los sometidos legisladores, también forzados, tuvieron que cantarle Las Mañanitas a López Obrador, por causa de su cumpleaños 71.
Moralejas del hecho: primero, la presidenta Sheinbaum también sufre la violencia del dictador López Obrador y, segundo, ahora sabemos cómo será el proceso de selección de los candidatos a jueces y magistrados: competirán los mejores y, seguramente se elegirá a los peores.
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