Ciudad de México.- Cuando Tránsito Piña encontró a su hija entre los 79 cuerpos hallados en fosas clandestinas de Salvatierra, Guanajuato, dejó de sentir angustia por ella y sólo le quedó el dolor.

Su hija, María Guadalupe Barajas Piña desapareció el 29 de febrero del año pasado.

Ella era maestra en Irapuato y ese día fue a visitarla a Salvatierra, pero después de ir por el almuerzo ya no regresó.

En noviembre, los colectivos de madres desaparecidas encontraron una zona de entierros clandestinos en Salvatierra.

Luego de unas semanas de labor se exhumó a un total de 79 cuerpos, entre ellos el de Barajas Piña.

“ Cuando estaba mi hija desaparecida era mucha angustia, mucha ansiedad, por no saber cómo estaba y dónde estaba”, comentó Tránsito Piña durante una marcha este 10 de mayo en la Ciudad de México.

“ Cuando la encuentro empiezo a sentir que se me acaba esa ansiedad, esa angustia, y sólo me queda el dolor”.

Para Piña, este 10 de mayo no hay nada que festeja, sólo siente mucho dolor.

“ Y sigue la tragedia día a día, no se habla de otra cosa que no sea de muertos, desaparecidos”, comentó, mientras caminaba por la Avenida Paseo de la Reforma.