Ciudad de México.- ¿Cuáles fueron los mejores libros del año?, es una duda recurrente en esta época. Cada quien tiene una aportación distinta y a su vez cada respuesta es una forma de conocer a una persona.

Aristegui Noticias invitó a 5 escritores para respondieran a la pregunta.

Juan Alberto Cedillo

La Iliada (Porrúa), de Homero es un libro que releo constantemente. Las tragedias griegas tienen la capacidad de mostrarte la tragedia y el perfil humano de una manera incluso más profundo que el psicoanálisis. Además, las peleas de las élites las puedes ver ahí desde una perspectiva muy interesante. Recién leí fue Vida y destino (Galaxia Gutenberg), de Vasili Grossman es increíble, de inmediato se convirtió en uno de mis libros favoritos, lo recomiendo mucho.

Ave Barrera

Escribir un silencio, de Claudia Piñeiro (Alfaguara) reúne ensayos que ha publicado en los últimos años, sobre la vida, la escritura, la lectura y otras preocupaciones cotidianas, donde se muestra la mirada personal, sutil y súper lúcida de una genuina observadora de la realidad que ha sabido traducir el mundo a historias tremendas, pero sobre todo sabe colocar los desafíos y las preguntas precisos ante sí misma y ante los lectores.

Ladrones de bombillas, de Tomasz Rózycky (Sexto Piso) es muestra de lo poderosa que es la narración y la digresión para reconfigurar el espacio, la memoria y el tiempo. Una novela conmovedora, inteligente y divertida, donde la vida cotidiana de un bloque de apartamentos en la Polonia de finales del régimen comunista, al ser narrada través de la mirada de un niño adquiere una dimensión cósmica inusitada.

Julián Herbert

Triste tigre (Anagrama), de Neige Sinno, escritora francesa me voló la cabeza. Me parece que tiene una línea de discurso narrativo de distanciamiento de literaturas del yo con formas disociadas super interesante.

El lenguaje en el poema (Gris tormenta), de Mario Montalbetti. Es una compilación de ensayos sobre poesía, es una rareza para clavados, pero es hermosísimo.

Mi descubrimiento del año fue la obra de Gerard Murnane, escritor australiano. Este año leí tres de sus libros, quizá los que más me interesan son Las llanuras (Miniatura), es una novelita breve muy extraña sobre un cineasta, parece una película de Wim Wenders y Una vida en las carreras (Minúscula), son las memorias de un fanático de las carreras de caballos, es un libro hermoso y raro.

Verónica Murguía

Novela: Este año releí como pocas veces en la vida. No fue deliberado y supongo que era necesario. Mi novela favorita de este año fue El auriga (DeBolsillo), de Mary Renault, publicada en 1953. Es una novela que no sé cómo habrá sorteado la censura de su tiempo, pues describe un amor homosexual con mucha claridad y elegancia. Es, además, un alegato pacifista que describe el duro trabajo de los objetores de conciencia en la Inglaterra de la Segunda Guerra, —personas incapaces de blandir un arma para matar, pero dispuestas a luchar de otras formas por su país— y una reflexión sobre el poder de la solidaridad.

Ensayo: La reina de espadas (Lumen), de Jazmina Barrera sobre la figura inasible de Elena Garro, a quien Barrera no trató de inmovilizar sino dejarla aletear en una red hecha de hilos de recuerdos, datos, suposiciones, juegos y texto. Leerlo fue como atestiguar un hechizo.

Crónica: Algunas personas necesitan ser matadas (Grove Press), de la periodista Patricia Evangelista, un recorrido por la guerra contra las drogas que Rodrigo Duterte, uno de los populistas más exitosos de Asia, declaró contra su propio pueblo en Filipinas. Un desastre humanitario, una violencia que los mexicanos conocemos. Un elogio de las familias que buscan justicia, de los periodistas que narran sus historias. Una enseñanza, finalmente, acerca de la fuerza de la verdad.  Termino por decir que este año, terrible, la poesía me salvó.

Naief Yehya

No soy un robot. La lectura y la sociedad digital (Anagrama), de Juan Villoro. Un estupendo libro doble, por un lado uno que hace una lectura de la tecnología y por otra uno dedicado a la tecnología de la lectura. El diálogo y tensión que se establece entre las partes hace particularmente extraordinario a que este libro brillante y divertido sobre la urgencia de rescatar a la lectura como herramienta humanizante.

Tu sueño imperios han sido (Anagrama), de Álvaro Enrigue. La nueva novela de Enrigue es una visión alucinante a los primeros días del final del imperio náhuatl. Un ejercicio deslumbrante de imaginación y una atrevida propuesta tan informada y seria como lúdica y provocadora. Un auténtico homenaje al arte de la novela.

Desorden. Crítica de la dispersión pura (Penguin Random House), de Guillermo Fadanelli. Nadie como Fadanelli para disertar en torno del caos cultural que nos envuelve en tiempos de colapsos, de crisis de identidades y persecuciones moralistas. Con su habitual desparpajo y apabullante erudición el autor nos lleva a visitar los grandes monumentos y catástrofes ideológicas y fenomenológicas de este sucio tiempo que nos ha tocado compartir.