Ciudad de México.- En la construcción jurídica e institucional del derecho a la cultura, la región de Iberoamérica ha realizado importantes contribuciones que no siempre han sido reconocidas.

Ejemplo de ello es la promoción del Pacto Roerich, el primer tratado internacional de patrimonio cultural, firmado en 1935 por las naciones de América Latina y Estados Unidos, como recordó este lunes el catedrático español Jesús Prieto de Pedro en la primera conferencia del segundo Congreso Iberoamericano de Derecho de la Cultura.

“Le cabe el honor de haber sido la primera iniciativa legislativa internacional en la historia mundial en relación con la protección de los bienes culturales y con la cultura entera”, destacó Prieto de Pedro, director científico del Congreso inaugurado este día en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx).

Si bien se trata de un texto breve, con sólo ocho artículos, de él emana la creación de un distintivo de paz para señalizar los bienes y monumentos neutrales en situación de guerra; “revela una toma de posición de gran valor simbólico a favor de la protección del patrimonio cultural”, apuntó el catedrático, vicepresidente de la Fundación Gabeiras.

Otra notable anticipación latinoamericana es la redacción “del artículo más importante de la historia en materia cultural”, a decir de Prieto de Pedro, que es el 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, prácticamente transcrito directamente del artículo 13 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, que es anterior por seis meses.

Es aquel en el que se establece que “toda persona tiene el derecho a participar en la vida cultural de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los beneficios que resulten de los procesos intelectuales y especialmente de los descubrimientos científicos”, leyó Prieto de Pedro.

“Bueno, sorprendente, ¿no? Y no hay reconocimiento”, lamentó.

Entre otras de las contribuciones que la región ha hecho en esta materia está la Carta Cultural Iberoamericana, aprobada en la cumbre celebrada en Montevideo en 2006. Y también los acuerdos resultantes de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (Mondiacult) 1982, que tuvo lugar en la Ciudad de México.

“Fue un gran encuentro de la UNESCO, probablemente uno de los de mayor importancia en la historia del organismo, que transformó el concepto institucional de cultura y las políticas culturales en el mundo entero”, exaltó Prieto de Pedro.

También a propósito de México, el catedrático mencionó cómo la Constitución de 1917 fue el primer texto de este tipo en el mundo en incluir en su articulado la palabra cultura. Luego sucedería también en la Carta Magna de varias naciones de la región hasta llegar a la Constitución española de 1931, donde se establece la centralidad de la cultura.

“Esto nos tiene que hacer sentir autoestima y un alto orgullo. Y, además, animarnos a continuar en esta línea”, dijo Prieto de Pedro, luego de señalar también la aparición de leyes generales de cultura o de derechos culturales en las últimas décadas.

Y aunque no entró a detalle al respecto, el catedrático reconoció que la existencia de las legislaciones no significa que éstas se cumplan cabalmente; “hay muchos problemas de desigualdad, de injusticias, de inequidades, de falta de compromiso con la erradicación de la pobreza”, mencionó.

“(Pero) el derecho de la cultura ha llegado para quedarse. Hace 30 años empezó este proceso, pero ha llegado para quedarse y para ser un fascinante caleidoscopio que desde la variedad de sus piezas en movimiento nos puede ofrecer una interminable combinatoria de soluciones”, subrayó el experto.

Cónclave jurídico con la mira en Mondiacult 2025

Durante tres días, el segundo Congreso Iberoamericano de Derecho de la Cultura reúne a especialistas de la región para la discusión de temas como el patrimonio, las industrias creativas, la garantía de los bienes culturales y la propiedad intelectual, la organización administrativa de la cultura, y el papel de las comunidades tradicionales y originarias.

“A lo largo de estos días vamos a debatir entre todos, con un plantel absolutamente impresionante de los máximos expertos en la materia, si para que haya cultura es necesario que haya derecho. Es discutible, ¿no?”, preguntó durante el acto inaugural Santiago Sierra, representante de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

“Pero sí que nosotros tenemos muy claro que para que haya verdadero desarrollo tiene que haber cultura, y que no habrá nunca verdadero desarrollo sostenible si la cultura no es un factor, un fermento de actuación sobre el terreno”, añadió.

A través de un mensaje grabado, el subdirector de Cultura de la UNESCO, Ernesto Ottone, recordó que en la declaración resultante de Mondiacult 2022, también celebrada en México, se consideró a la cultura como un bien público mundial por primera vez, y se solicitó su integración como un objetivo independiente entre los próximos objetivos de desarrollo sostenible de la ONU después del año 2030.

“No puede haber una política pública si no viene acompañada de una buena norma, y éste Congreso apunta a eso, a identificar las tendencias, el dinamismo de una región, para poder llegar a la siguiente conferencia de Mondiacult (en Barcelona, 2025) con más herramientas, con más capacidad para poder negociar un futuro mejor para el desarrollo cultural”, expuso, por su parte, Enrique Vargas, coordinador del Espacio Cultural Iberoamericano de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

“(Queremos) incidir en el diseño y puesta en marcha de las políticas culturales contemporáneas, fomentando y fortaleciendo la idea del derecho de la cultura como un derecho humano fundamental”, complementó Roberto Carlos Cruz Becerril, secretario técnico de la UATx, al dar por inaugurado el encuentro.

Las actividades del Congreso pueden seguirse en vivo a través del canal de Youtube de la Segib: www.youtube.com/@SEGIBDIGITAL.