Arte
Por Christian García
Publicado el viernes, 22 de noviembre del 2024 a las 04:05
Saltillo, Coah.- El tiempo se ha enseñado como lineal, sin embargo, en la mente es más como una ciudad: un laberinto de sucesos que, en algún momento, confluyen. Así puede entenderse en la vida de Cecilia, José y Raquel, protagonistas de No Persigas la Luna en mi Nombre (UANL, 2024), la novela más reciente de Cristina Elenes, en la que la autora hace un repaso por décadas de existencia, no sólo de esos seres que se mueven entre sus páginas, sino también de la sociedad regiomontana, de su misma ciudad que en palabras de la autora ha tenido momentos “muy convulsos”.
Así, el libro, es un recorrido que va desde los 70 hasta el ahora, en el que la soledad, las preguntas de la vida y la familia misma se convierten en hebras que tejen a los tres personajes en un entramado que por momentos se tensa entre uno y otro, pero que también puede aflojarse, dejarse ir.
Para Elenes, el libro es sí, un repaso por la historia, pero sobre todo un acercamiento a la íntimidad de una familia en la que “me interesaba la relación que se da entre las hermanas dentro de una familia disfuncional, que creo es el centro de la novela, independientemente de todos estos aspectos sociales de la época. Es el aspecto que me interesa mucho, más de lo humano, la complejidad de las relaciones entre una familia, y entre unas hermanas.
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Y es la relación de hermanos, a fin de cuentas, que es una relación que se me hace muy interesante. Porque es una relación muy cercana y muy distante, ¿verdad? O sea, con nuestros hermanos estamos muy muy cerca, vivimos lo mismo, crecimos lo mismo, pero también podemos estar muy distanciados, y ver las cosas muy diferentes. Hay rivalidades, hay complicidades. Entonces, esa parte es creo que uno de los puntos centrales de la novela. Y ese es el punto central, o sea, el distanciamiento, el abandono”, comentó a Zócalo en entrevista.
Lo social
En ese sentido, la novela ofrece una forma de acercamiento distinta para cada uno, lo cual da una representación parcial de la historia social de Monterrey hace 50 años. Cecilia, por ejemplo, recurre a la música y a un sentido de la vida hedónica y despreocupado que se vive entre los conciertos y las drogas. Todo ello para ocultar un secreto que amenaza a la familia.
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Esta familia, es una disfuncional donde los problemas de los padres están afectando la relación de las hermanas y en las decisiones que toman porque una de ellas descubre un secreto de la familia y eso crea un rompimiento dentro de la familia que ya estaba rota. Pero también una de las hermanas quiere decir ‘bueno, yo te voy a rescatar a ti, yo te voy a ayudar a ti, yo quiero regresarte a la familia’. Pero no le quería rescatar, la quería hacer como ella.
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Entonces, ese tipo de cosas claro que condicionan porque en un momento dado las decisiones de vida que se toman en esa edad son muy fuertes. Es una edad en que uno toma decisiones muy determinantes. Entonces, este tipo de problemas familiares pueden condicionar a una persona para decir, yo me voy para acá y de X tiempo después dice, me vine para acá.
Por su parte, José es un joven que entra en la política a través de las guerrillas, y ahí es en donde este libro se convierte en un repaso por una de las décadas más sociales de la capital neolonesa, en el que se repasan los sucesos en los que el Gobierno se enfrentó con la Liga 23 de Septiembre, entre otros.
Cartografía personal
Así, No Persigas la Luna en mi Nombre pasa a desdoblar dos visiones diferentes pero complementarias: lo social y lo íntimo, la rebelión y el sometimiento, los choques de poderes.
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José es el personaje que está más involucrado políticamente y si a él no le hubiera tocado estar estudiando en la prepa 1 tal vez no hubiera tenido el camino que tuvo”, apunta y agrega que hablar sobre esa década es algo que poco a poco se ha abierto en la sociedad regiomontana ya que “Monterrey tiene un aspecto muy fuerte de una narrativa empresarial muy fuerte. Entonces, incluso platicando con gente sobre el movimiento guerrillero aquí en Monterrey, no hay esa información. Hay ciertos grupos de gente que está más o menos involucrada, interesada sobre este tipo de cuestiones que lo sabe. Eso es una crítica a Monterrey, a un tipo de sociedad y un tipo de familia”, ahondó.
Pero en ese sentido, la novela es, también, una especie de mapa personal hecho de memorias de la autora. Así, el libro está dividido en cuatro partes, cada uno narrando el punto de vista de un personaje, pero en el que siempre es la ciudad la que está presente de una u otra manera.
Para Elenes los 70 fue “un tiempo muy convulso. Yo fui joven en esa época, me tocó vivir eso. Entonces, creo que me surgió esta relación de amor-odio con Monterrey. Porque era una época que no había inseguridad, una ciudad más tranquila y de repente ves cómo va transformándose y se va convirtiendo en un lugar muy violento. Al mismo tiempo, con otros problemas como el tráfico.
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Entonces hay una relación de ambas cosas: Por un lado hay una admiración a una ciudad de mucha actividad, algo que a mí me gusta mucho, pero por otro lado, hay una ciudad que se fue haciendo cada vez más difícil.Entonces, ambas cosas. Por un lado, el ver la ciudad cómo se estaba transformando y al otro lado, el querer recrear y revivir esa época es lo que me llevó a escribir esta novela o a pensar en este momento”, concluyó.
A LEER:
No Persigas la Luna en mi Nombre
Cristina Elenes
UANL, 2024
316 páginas
280 pesos
Disponible en tiendacasadelibro.uanl.mx
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