Saltillo, Coah.- La inutilidad del olvido como recurso para sobrevivir es la motivación de Una para confrontar a Ray, el hombre que abusó de ella quince años atrás. La intensa instantánea de ese encuentro es el espacio donde se desarrolla “Pájaro Negro”, obra del escocés David Harrower, dirigida y adaptada por Humberto Zurita.

La obra se presentó la noche del sábado en un Teatro de la Ciudad Fernando Soler a la mitad de su aforo, en lo que fue el inicio de una gira que la puesta realizará a lo largo del país, por lo que Zurita informó al público que fueron “los padrinos” y afirmó “hacer teatro es una apuesta, pero es un privilegio”.

Ray, interpretado por el actor lagunero, ha procurado construirse una nueva vida y olvidar lo que le hizo a Una. Ella, en cambio, al notar que vive con el fantasma del abuso a diario, decide enfrentar enérgicamente a Ray para exorcizar el recuerdo definitivamente y entender a consciencia lo sucedido.

Ahora Ray tiene 40 años y Una 27. El espacio de su encuentro es el comedor de una oficina, donde ray ahora trabaja e intenta construirse una nueva cotidianidad bajo el nombre de Peter.

A partir de su enfrentamiento, la obra presenta diversas tonalidades en las que incluso llega a presentarse al enamoramiento como el móvil del abuso, uno que vino por parte de ambos personajes y que en algún momento de la obra parece renacer.

Por medio de los diálogos los actores se ponen al día con sus vidas, pelean en ocasiones, subliman la furia destrozando el lugar y en otras incluso se abrazan para consolarse mutuamente.

Continúa la gira Kate sorprende en un soliloquio en el que adopta un tono infantil que va cobrando fuerza, hasta pasar por sugerencias de sensualidad, desamparo, hasta llegar a una furia incontrolable. La actriz parece haber tomado muy en serio la puesta, pues su regreso a México fue exclusivamente para participar en ella.

Zurita siempre está a la defensiva, temeroso, como si para esta confrontación el destino hubiera decidido intercambiar los papeles entre víctima y victimario. Aunque al final se ofrece una sugerencia de que aquella historia de 15 años atrás podría repetirse, pero con otra niña.

La obra se presentó el domingo en Monterrey, y luego continuará su recorrido por otras ciudades de nuestro país.