Con el número de solicitud 82336 y la clave de cartera 24093110006, el proyecto fue presentado por la Dirección General de Desarrollo Ferroviario y Multimodal de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), estimándose que los estudios concluyan en junio de 2025.
Se va a determinar la factibilidad de implementar un sistema ferroviario de pasajeros que conecte la región centro sur (Ciudad de México) con la noreste (Nuevo Laredo) atravesando las regiones oriente y centro norte, con una amplia cobertura en el territorio nacional y buscando aprovechar el derecho de vía que ya existe.
“ Actualmente existe una conectividad y movilidad interestatal deficiente, derivado principalmente del crecimiento acelerado de la población y la expansión urbana en dichas regiones, reflejándose en una infraestructura vial y un sistema de transporte público urbano y regional obsoleto que se traduce en una severa congestión vehicular, pérdida de tiempo y dinero, riesgo de inseguridad y accidentes”, citan los antecedentes descritos en la página de la SHCP.
Se precisa que el proyecto requiere la asignación de recursos por 909 millones de pesos para llevar a cabo todos los estudios de preinversión para la elaboración del Análisis Costo-Beneficio del Sistema Férreo México-Nuevo Laredo y determinar su factibilidad técnica, económica, legal y ambiental.
Se busca “analizar su rentabilidad desde el punto de vista socioeconómico, ya que representa significativos beneficios en materia de movilidad”, se lee en la descripción del proyecto de inversión enlistado en la SHCP.
Están contemplados estudios de mercado de oferta y demanda, calibración del modelo y Análisis de Liberación del Derecho de Vía en los estados que comprenderá su ejecución y desarrollo.
Se indica que el proyecto ferroviario está considerado dentro de los planes prioritarios del Programa Nacional de Infraestructura y busca impulsar la reactivación económica, el mercado interno y el empleo.
“ Con la elaboración de los estudios de preinversión se tendrán las bases para la toma de decisiones, reduciendo la incertidumbre durante las etapas de ejecución y operación”, añade la inscripción.
También se abordan los riesgos para la ejecución de dichos estudios, como son, “resistencia social para el desarrollo de los mismos, desastres naturales o contingencias sanitarias” que pudiesen presentarse en algún momento.
