Nadie puede sorprenderse por las severas críticas vertidas en las páginas del Financial Times, el pasado martes, ilustradas con una imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador repartiendo abrazos sobre una especie de bandera tricolor en la que predomina el rojo sangre, y el blanco está conformado por una madre buscadora con un par de carteles en los que reclama justicia.
Nadie debe sorprenderse tampoco por el mapa en el que definen las zonas controladas por los principales cárteles de la droga y los estados que sufren la guerra entre facciones del crimen organizado.
Titulado Los cárteles de la droga de México prosperan, escrito por Michael Stott y Christine Murray, señala que el problema del crimen organizado en México ha empeorado drásticamente durante los cinco años y medio de la Presidencia de López Obrador, según expertos en seguridad consultados por el medio inglés, que sentencia: “Y se ha agravado tanto que amenaza el futuro del país”.
Las encuestas muestran que la seguridad es una de las principales preocupaciones de los votantes antes de las elecciones presidenciales del 2 de junio.
El reportaje es lapidario: “Los cárteles controlan más territorio que nunca, aproximadamente un tercio del país según una estimación del ejército estadunidense”.
México, agrega el texto, “se está convirtiendo en un Estado fallido”.
El texto recoge opiniones de empresarios, analistas y especialistas, y advierte: “Los grupos criminales también están interfiriendo más descaradamente en las elecciones. La campaña de este año, que incluye elecciones a congresos federal y estatales, gubernaturas y alcaldías, ha sido la más mortífera de la historia. Hasta el momento, 36 candidatos y otras 45 personas vinculadas a las elecciones han sido asesinados, 15 más secuestrados y decenas más amenazados, según el think-tank Laboratorio Electoral”.
Y razona por qué las cifras no aumentan en los registros oficiales: “Los expertos señalan que las cifras de asesinatos no incluyen el número récord de personas dadas por desaparecidas, casi 115 mil hasta el año pasado, 43 mil de las cuales desaparecieron durante la Presidencia de
López Obrador. También señalan que la proporción de ‘delitos contra la vida’ denunciados como homicidio culposo u ‘otros delitos’ ha aumentado a medida que disminuyen los asesinatos, lo que sugiere que se están reclasificando los homicidios”.
“Básicamente, como 10 agujeros de bala y será ‘insuficiencia cardíaca’”, ironiza.
Nadie puede acusar al Financial Times de ser parcial, fifí, conservador, por muy inglés que sea.
A lo largo de los años —tiene 136 de editarse— ha señalado errores de gobiernos que algunos juzgarían como neoliberales.
“Los problemas de seguridad amenazan con arruinar el historial de éxitos del presidente Enrique Peña Nieto”, se leía en un balazo del reportaje
“México: atrapado en el fuego cruzado”, publicado el 27 de octubre de 2014.
Así que la eterna víctima no podrá decir que todo él, todo él.
Pasada la campaña, el de la seguridad, será el reto más importante para la doctora Claudia Sheinbaum, pues comenzará a gobernar desde el primer minuto que se conozca su triunfo.
A ver cómo lo asimila YSQ.
Monitor republicano
Y cuando todo acabe, ¿seguirán operando las casas de Acuario, Querétaro y Chimalistac donde se dispersan millones y millones de pesos en efectivo de las “aportaciones”, o ya no? ¿Lo reportarán al INE?
Es pregunta.
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