Como en la vida, en el deporte o en cualquier actividad física, el buen manejo de una inteligencia emocional, siempre nos llevará a buenos términos, sin embargo no nos enseñan a manejar estos recursos de manera adecuada o al menos no existe una receta mágica, para saber manejarse en los momentos críticos o claves de nuestra vida.

Aunque se deberá seguir investigando el efecto de la Inteligencia Emocional en los grupos o equipos de trabajo, no sólo en el deporte, si no en todos los ámbitos; el objeto principal, seguramente será cómo puede influir su buen uso en los resultados de cualquier grupo o equipo deportivo y colaborativo.

Y aunque de manera personal, no te puedo decir que cantidad de investigaciones existan sobre este tema, lo que sí es una realidad, es que muchas personas involucradas en la actividad física o deporte, que poseen una adecuada Inteligencia Emocional, obtienen mejores resultados en cualquier interacción en la que intervengan.

De entrada, es fundamental la capacidad de percepción de emociones, que tengas, ya que primero, el reconocer las propias emociones, será fundamental para poder partir, hacia una mejor toma de decisiones.

En segundo lugar, tenemos el saber manejar tus propias emociones; tener autocontrol. Después al reconocer las emociones de los demás, te dará un paso adelante al ser empático, y en la cuarta, el saber crear relaciones sociales, se puede obtener al trabajar en equipo, ya que es clave para lograr las mismas en un entorno laboral y de equipo.

Cuando los integrantes de un equipo de trabajo o en el deporte, comprenden de mejor manera las emociones; pueden expresar emociones concretas, sentimientos, incluso estados de ánimo, adecuados, lo que les lleva a comunicarse de mejor manera, en todos los ámbitos.

Lo anterior coadyuvará a tener una relación de colaboración, espíritu de escuchar y comunicarse de manera efectiva, con lo que comprenderá de mejor manera, incluso al presentarse un conflicto, sabrá tomar las mejores decisiones, externar por qué se siente de determinada manera.

Primero, está por demás demostrado, que en una la cohesión de equipo, por cierto recordando que es una variable fundamental, que interviene en el rendimiento; tiene efectos positivos, en los integrantes del mismo conjunto, ya que al encontrarse interrelacionados de una manera adecuada. Siempre se entenderán de mejor manera, y con interacciones positivas, con lo que logran un impacto positivo en el mismo conjunto.

Un deportista o cualquier persona, con mayores recursos de Inteligencia Emocional, si lo pudiéramos llamar de esta manera, pudiera tomar mejores decisiones, y es que se ha demostrado que los atletas o deportistas, que tienen mejores recursos psicológicos, manejan de mejor manera su IE.

Un ejemplo, es cuando un entrenador puede motivar o animar a uno de sus pupilos que no manejan de manera adecuada su Inteligencia Emocional, para que use determinadas técnicas, con lo que regulará su nivel de activación, porque se altera o pone nervioso de manera constante.

Otro ejemplo es cuando el mismo coach, elige como capitán por su liderazgo y toma de decisiones adecuadas, a un determinado jugador o jugadora, pero sobre todo por la manera que se maneja en momentos complejos, donde se puede autorregular, pero sobre todo que sea buena influencia se seguridad y acciones.

La IE influye en los procesos del equipo y cualquier práctica de actividad física, ya que puede coadyuvar al logro de objetivos y resultados que se buscan como rendimiento y un resultado final.

Cuando somos capaces de gestionar de manera adecuada nuestras emociones, podemos impactar de manera positiva sobre nuestros compañeros y viceversa, con el enojo, la ira, el estrés, se puede tener un impacto de manera negativa, no sólo a sus compañeros o compañeras, de equipo, si no a las personas que se encuentran alrededor.

Está por demás demostrado que los individuos que mejor regulan sus emociones, obtienen mejores resultados.

Mención aparte, que los “Pensamientos son el alimento de nuestro cerebro”, y los “Sentimientos son el alimento de nuestro cuerpo”.

También es importante entender, en el grupo o equipo, que al comprender de mejor manera las emociones de los demás, incrementa el porcentaje de obtención de resultados positivos, al estar interconectados como conjunto.

Además de poder influir de manera individual o en el rendimiento individual, el comprender o saber identificar cuando un miembro está sobre activado, (Activación fisiológica), un entrenador que sabe identificar éste indicador, podrá colaborar para mejorar el rendimiento o saber que decir en el momento adecuado.

Por ejemplo en un discurso al inicio de un compromiso importante, saber emplear las palabras adecuadas, para no sobre-estimular a sus jugadores, más bien calmarlos o guiarlos con una comunicación asertiva y persuasiva.

Otro ejemplo que pudiéramos enumerar, es que si un elemento activo del equipo, que no sabe autorregularse, o no tiene las herramientas para hacerlo, podrá cometer errores que se podrían evitar, pero también poder provocar a un jugador contrario o cometer un castigo o falta que afecte al equipo en momentos decisivos, pero también en los aspectos técnicos o tácticos, por esa sobre activación que produce el uso inadecuado de la IE.

Existen innumerables ejemplos que pudiera enumerar, sin embargo no quiero dejar pasar, éste que a continuación menciono. Si un compañero sabe identificar las emociones, de uno de sus compañeros, que se encuentra sobre activado o incluso molesto o enojado, se podrá anticipar para evitar que suceda algo mayor, que pueda afectar al equipo.

De igual forma si los integrantes de nuestro equipo, pueden identificar las emociones, que los miembros del otro equipo, muestran; podrán utilizar dichas debilidades, para su propio beneficio, lo que les redituará en una ventaja psicológica, considerable, si lo saben aprovechar, pero se debe estar alertas y saber trabajar dichas herramientas, que el entrenamiento te lo da, día a día.

No terminaría de enumerar casos y casos, sin embargo algo concreto y relevante, es el saber identificar nuestras fortalezas, las debilidades y en lo que deberíamos de trabajar, ya que en pleno siglo XXI, el dotar de herramientas de la IE a nuestros alumnos, hijos, deportistas, colaboradores o compañeros, es una tarea de todos, lo que nos beneficiara para mejores resultados.

¡Hasta la próxima!