423 millones de pesos es el monto, de apenas el primer recorte, que el Gobierno federal aplica al presupuesto del 2024 autorizado para nuestro Estado. Se aplicaron recortes en todo el país, pero el de Coahuila es el más grande.
¿Es esto sólo una casualidad?
Desde que inició esta Administración federal ha tenido como constante recortar más dinero a los estados que más contribuyen a la obtención de recursos, y agrandar el presupuesto a los que menos aportan. Esto estaría bien si los estados menos desarrollados aplicaran positivamente ese dinero extra y fuera notorio el cambio en su situación productiva, pero lamentablemente eso no sucede, y ese dinero se esfuma debido a la corrupción y la mala Administración.
Debido a esta desigualdad entre lo que se da y lo que se recibe, en varias ocasiones se han levantado voces que proponen la partición de nuestro país en dos secciones, el norte y el sur, abarcando el norte incluso algunos estados del centro y bajío de México. Incluso existe un movimiento llamado “República de México del Norte”, que por el momento ha permanecido en redes sociales, y que pide la independencia bajo el argumento de superioridad económica.
¿Es esto posible? Muchas de estas voces que claman por la separación del país se respaldan por el hecho de que, al pronunciar los nombres de cada estado de la Federación, se antepone la frase de “libre y soberano”.
¿A qué se debe esto, y cuáles son sus alcances reales?
Esto es debido a que así lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 40, y se refiere a su Constitución interna; o sea, los estados pueden decidir sobre lo que ocurre en su territorio y ámbito de competencia, pero hay un límite, que lo establece el Artículo 41, y que dice que las constituciones locales en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal. El Artículo 133 lo amplía y relaciona las competencias del Presidente, el Senado y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), acotando su soberanía: un estado no puede acuñar su propia moneda, declararle la guerra a otra nación ni contar con su propio Ejército. Los estados son soberanos, mas no autónomos ni independientes.
Lo que sucedió para elaborar esta nomenclatura de los estados, es que después de la guerra con Estados Unidos, en la última reincorporación del país como Federación constitucional, se decidió que los estados a partir de entonces eran “libres y soberanos”, y podrían mandar sus diputados y senadores para representarlos a ellos en la Federación, y además, cada estado tendría su propia constitución y congreso, para limitar el poder del gobernador para que no pudiera tomar decisiones arbitrarias, sino que tendría que haber un proceso para lograr un consenso con los diputados estatales.
A raíz de esto, el Gobierno federal asume que cada estado es “libre y soberano”, es decir, está en nuestra unión mexicana porque el estado mismo quiere, y no porque el Gobierno federal a través del Ejército los tiene subyugados, como sucedía en la época de Santana y otros dictadores.
O sea que, los estados son libres y soberanos por el bien común de sus ciudadanos, pero a la vez, son parte integral e indivisible de México, y esto se encuentra establecido en nuestra Constitución, en el Artículo 2, que comienza con “La Nación Mexicana es única e indivisible”.
Todo esto es relativamente confuso y es por ello que se ha pretendido llevar a cabo estas iniciativas de separación del pacto federal sin tener realmente el conocimiento legal de lo que es posible o no lo es.
Entonces, bajo las circunstancias actuales, y las que seguramente nos depara el destino, de más recortes al presupuesto de Coahuila por parte del Gobierno federal, por una parte porque Coahuila es de los pocos Estados a nivel nacional, que puede enorgullecerse de ser “libre y soberano” en el sentido de no permitir un yugo federal injusto y autoritario, y por otro lado porque el Gobierno federal simple y llanamente “ya no tiene dinero”, ya se gastaron todo lo que había, pidieron préstamos y pedirán más todavía para poder tan solo sostener los programas sociales y todos los sobregastos de todos los errores cometidos en el ámbito económico y de inversión.
¿Qué hacer ante esta situación?
El gobernador Manolo Jiménez afrontó esta realidad admitiendo que el recorte afectará una serie de programas sociales y obras, y pragmática y abiertamente declaró en pocas palabras que “hay que apretarse el cinturón” y hacer más con menos, siendo muy eficientes en la aplicación de los recursos.
En mi opinión, debemos reconocer las grandes ventajas que tenemos los coahuilenses en comparación con la mayoría del resto de los estados del país, simplemente con tener la paz y tranquilidad de la que gozamos sería suficiente para estar agradecidos y conscientes del gran trabajo que Miguel Ángel Riquelme inició y que Manolo Jiménez certeramente ha continuado. En estos momentos de adversidad, yo retomaría la gran frase que en su momento pronunciara el presidente John F. Kennedy, el 20 de enero de 1961, en su discurso de investidura como Presidente de USA: “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tu país”.
En nuestro caso preguntémonos, para poder ser libres y soberanos: ¿Qué podemos hacer los coahuilenses por Coahuila?
Más sobre esta sección Más en Coahuila